sábado, 23 de septiembre de 2017

Argentina: La verdad es que estábamos mejor cuando estábamos peor

El rigor de los tiempos nos ha llevado – como en otras épocas – a cambiar las palabras, modificar su contenido original para cambiar o, directamente ocultar el escenario o los hechos a describir. De allí el uso de este oxímoron intentado desde la nostalgia, evocar otros tiempos que parecen remotos, a un escaso par de años.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

Dentro del amplio espectro comunicacional dominado por el oficialismo, a los efectos de garantizar el blindaje mediático, una de las primeras medidas de Macri fue al igual que Menem, eliminar obstáculos como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual LSCA, hecho que operó como un claro mensaje a las corporaciones de la comunicación sobre los nuevos aires de cambio que se venían, garantizando de ese modo su expansión que, al igual que en los noventa, favorecía la concentración. En ese clima de pluralidad declamativo enarbolado por la Televisión Pública Argentina TVA, “todas las voces” se avanzó en el camino de la ampliación de las concesiones, modificando parcialmente la LSCA estimulando la modernización tecnológica de la mano del sector audiovisual y el de comunicaciones, antes en manos de la Autoridad Federal de Tecnologías de Comunicación Audiovisual AFSCA y la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones AFTIC, Ley Argentina Digital, desalojando sus legítimas autoridades.[1]

Esto posibilitó que las dos empresas de telefonía básica Telefónica y Telecom, poder prestar a través de sus redes, servicios audiovisuales (televisión paga) a partir del año próximo, a Clarín, uno de los cuatro grupos dominantes (Viacom, Indalo y América, éste último de Daniel Vila, el de mayor despliegue en el país en los últimos 30 años), entrar al negocio 3G y 4G vía Nextel y compensa a DirecTV (AT&T) a ampliar su servicio de Internet.

Este manejo permite el funcionamiento del como sí esbozado en el título dentro de una democracia que no es tal, puesto que, a un procedimiento largamente consensuado entre la sociedad que pudo articular la ley de medios, un par de Decretos de Necesidad y Urgencia presidenciales la derogó, tal como lo hizo con el nombramiento de dos jueces de la Suprema Corte de Justicia. Con estos dos pilares básicos de poder en la mano someter a la sociedad fue demasiado fácil.

En la camaleónica carrera de modificar la realidad a través de someter al conflicto las narrativas, como fue frente a la mayoritaria manifestación en Plaza de Mayo por el reclamo de la aparición con vida de Santiago Maldonado, se desplazó la atención hacia las pintadas de los edificios públicos criminalizando a algunos grupos, lo que justificó la represión de la Policía; allí puede advertirse el juego de que prime lo individual sobre lo colectivo. Derechos y garantías constitucionales se vulneran en nombre de la seguridad ciudadana y, cualquier persona puede ser detenida por averiguación de antecedentes.

En ese bombardeo de hechos cotidianos para tapar la desaparición forzada de Maldonado que lleva más de 50 días sin resolver, el juez de la causa ordena una descomunal operación sobre la comunidad mapuche amiga del joven, avasalla sus viviendas; en otro punto se culpa a los estudiantes secundarios porteños por defender sus colegios ante medidas que amenazan privatizar la educación pública o, se vuelve a instalar la muerte del Fiscal Nisman, intentando distraer la manoseada opinión pública.

Todo vale en la desesperada carrera para imponerse en las elecciones de octubre y profundizar el ajuste. Su principal rival, la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner de Unidad Ciudadana ha sintetizado en un reciente reportaje que (el gobierno), para poner en marcha su modelo económico neoliberal tiene 3 ejes: la fractura social, el mensaje permanente de la mentira política (al que hacíamos mención) y la división de la oposición política.

También el grupo de Curas Opción por los Pobres COPP que lidia diariamente con la pobreza en las villas, ha manifestado: “Sin ningún temor o prejuicio sostenemos firmemente que ningún cristiano puede darle un voto a un gobierno como éste, que multiplica las ayudas fraudulentas a sus amigos, facilita las ganancias de los ricos y condena a los pobres a la marginalidad y lo hace a la luz del día con mentiras y desparpajo.”[2]

Más allá de esto, las acciones previstas en el Proyecto del Presupuesto 2018 que está en discusión en el Congreso, ya menciona un 14% del mismo para el pago de servicios de la elevadísima deuda contraída, importe que será restado al gasto social de educación, salud y previsión social, tal como se veía venir desde un comienzo, cuando desde las bases se les gritaba que el endeudamiento y la apertura económica sólo cerraba con represión. Incluso la Reforma Laboral, imitando las medidas implementadas por Brasil siguen pendientes para tentar al establecimiento de las multinacionales, cuestión que va a ser resistida debido al elevado grado de sindicalización que aún mantiene el movimiento obrero argentino respecto de otros trabajadores en el mundo.

Esto demuestra que las políticas neoliberales del capitalismo feroz imperante pueden ser tan devastadoras para la población como un terremoto o un huracán – salvando desde luego la aberrante distancia de sufrimiento humano que estos fenómenos involucran-, vista la perversidad de los gobernantes en la manipulación de las personas para lograr sus objetivos.




[1] Gustavo BULLA, Medios Convergencia: el futuro de la concentración, El Atlas de la Argentina, La democracia inconclusa, Le monde Diplomatic, Buenos Aires, agosto de 2017, p. 140.
[2] Página 12, fecha 22 de septiembre de 2017.

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