sábado, 26 de noviembre de 2016

Maduro y el compromiso con la paz en Venezuela

La patria no puede seguir dividida entre, por un lado, los que sí vemos y valoramos los avances del bienestar social de nuestro pueblo; y por el otro, quienes, al contrario, se empeñan en no ver ni valorar, sino en desconocer y destruir lo ya logrado, en clara y vergonzosa subordinación a los intereses del imperialismo norteamericano que pretende torcer el rumbo y destruir nuestro propio desarrollo independiente y soberano.

Christian Farías / Especial para Con Nuestra América
Desde Valencia, Carabobo. Venezuela.

1.-Los acuerdos logrados el pasado 12 de noviembre de 2016 entre el gobierno bolivariano, patriótico y socialista del presidente Nicolás Maduro y la oposición neoliberal capitalista de la llamada Mesa de la Unidad Democrática, MUD, en el marco del diálogo nacional con apoyo internacional, convocado por el actual Jefe del Estado venezolano, debe ser apoyado totalmente y de manera participativa y protagónica por todo nuestro pueblo a través de las diferentes y múltiples formas de la lucha popular democrática de calle y el uso de los medios de información y comunicación social.

En tal sentido, llamamos a la dirigencia política de todas las fuerzas democráticas y a las autoridades de nuestro gobierno a cerrar filas en el cumplimiento cabal de estos cinco primeros acuerdos. Estamos ante un momento histórico de la patria amada que nos interpela y nos convoca a todos por igual al cumplimiento del deber moral y ético. Rechazamos las divisiones y los egoísmos que niegan y menoscaban el honor y la nobleza de nuestro gentilicio. Es la hora, no de la mengua, sino de la fortaleza de nuestra dignidad y valentía que nos legaron nuestros Libertadores. Estamos ante el gran tribunal de la conciencia popular que nos mira expectante y nos exige actuar con responsabilidad, con honestidad, con eficacia y, por encima de todo, con la decencia imprescindible para recuperar y fortalecer la credibilidad, la certidumbre y la esperanza en la política como ejercicio administrativo de las cosas públicas a favor del Bien.

La patria no puede seguir dividida entre los que sí vemos y valoramos los avances del bienestar social de nuestro pueblo, gracias al desarrollo y fortalecimiento de las políticas públicas, las Misiones y Grandes Misiones del proyecto de país bolivariano establecido en la CRBV, el Plan de la Patria y las diez (10) leyes del Poder Popular, por un lado; y por el otro, quienes, al contrario, se empeñan en no ver ni valorar, sino en desconocer y destruir lo ya logrado, en clara y vergonzosa subordinación a los intereses del imperialismo norteamericano que pretende torcer el rumbo y destruir nuestro propio desarrollo independiente y soberano.

2.- En tal sentido, los cinco (5) acuerdos deben respetarse y cumplirse. En consecuencia, le corresponde al pueblo soberano asumir dichos acuerdos; y para ello lo convocamos a organizarse y salir libremente a las calles a luchar en forma pacífica, democrática, participativa y protagónica contra la guerra económica.

El primer acuerdo, relacionado con lo económico –social, establece el compromiso de combatir toda forma de sabotaje, boicot o agresión contra la economía venezolana y garantizar el abastecimiento de alimentos y medicinas. Esto equivale a la lucha contra la guerra económica que los bolivarianos y chavistas venimos librando desde hace tiempo. Esperamos, ahora, que la militancia y simpatizantes de la oposición honren su compromiso y se incorporen a la batalla hasta ver derrotados a los enemigos de la economía venezolana que bachaquean, especulan y hacen lo que les da la gana con los precios de los bienes de consumo masivo.

El segundo acuerdo se refiere a la necesidad de superar la situación de desacato institucional en que incurrió la actual Directiva de la Asamblea Nacional y el nombramiento de los rectores del Consejo Nacional Electoral. Saludamos los primeros pasos que se han dado y exhortamos a su pleno cumplimiento en el marco de la Constitución y las leyes correspondientes.

El tercer acuerdo aborda el tema de la soberanía nacional y el resguardo de la integridad territorial, en función de la defensa unánime de los derechos legítimos e inalienables de Venezuela sobre la Guyana Esequiba y de defensa del Acuerdo de Ginebra de 1966, instrumento jurídico vigente entre las partes que dirime esta controversia territorial. Este es un tema clave que implica un deber constitucional absoluto y sagrado como lo es la defensa de la soberanía nacional, respaldada en la unidad cívico-militar de nuestro pueblo.

En cuarto lugar está el acuerdo de adoptar la declaración conjunta “Convivir en paz”. Esta convivencia es hoy una obligación para quienes amamos la paz y entendemos que todos somos hermanos porque venimos de un solo Padre Creador, de un solo Padre Libertador, de una sola Madre Naturaleza y una sola Madre Patria Grande americana, venezolana y caribeña. Más allá de nuestras legítimas y legales formas de pensar acerca de la sociedad, la política, la filosofía, la ciencia, la religión, el país que queremos, etc., tenemos la obligación de “convivir en paz” para preservar el derecho a la vida; y evitar que la guerra nos destruya y liquide a todos por igual.

Por último, el quinto acuerdo expresa la voluntad de reforzar institucionalmente el Diálogo, con la incorporación “a la Mesa –tal como lo expresa el acuerdo oficial- de un Gobernador por cada una de las partes; invitar a representantes de los diferentes segmentos de la sociedad, y establecer una Comisión de Seguimiento para dar continuidad al proceso que será coordinada por el Expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, por los acompañantes, Jorge Rodríguez, por el Gobierno Bolivariano y Luis Aquiles Moreno, por la MUD”. Con esto se amplía el campo dialógico nacional para superar los límites del campo político-partidista y abrir horizontes de entendimiento para la paz y el bienestar colectivo de la sociedad venezolana.

3.- Desde nuestra participación en el Congreso de la Patria y siguiendo con dignidad y lealtad el legado del comandante Chávez, ratificamos nuestro compromiso de defender el proceso de la revolución bolivariana en todas las dimensiones establecidas en el texto de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los cinco objetivos históricos-programáticos del Plan de la Patria y demás leyes del país. Así mismo, reafirmamos la defensa y cumplimiento de las diez (10) Leyes del Poder Popular para consolidar el poder de participación y protagonismo de nuestras comunidades organizadas, en el marco de la democracia y la construcción del nuevo Estado Comunal, sustentado en un nuevo sistema económico productivo, independiente y soberano en el contexto de la construcción del socialismo del siglo XXI.

Dentro de estas convicciones irreductibles, que defendemos con amor y pasión; pero, igualmente con reconocimiento y respeto hacia el otro contrario, para hacer valer la paz, la convivencia y la esperanza, cerramos estas notas con la siguiente reflexión: cuando el señor Obama, como Presidente de Estados Unidos, firmó su Decreto contra Venezuela el año pasado, colocó a los dos países en la antesala de una eventual confrontación armada. La respuesta del presidente Maduro fue contundente, valiente y de una fina inteligencia estratégica definida por la preservación de la paz. El pueblo venezolano, atento a su actuación, atendió su llamado de recolección de firmas en respaldo a la solicitud de derogación de dicho Decreto y a favor de la paz. Y efectivamente, más de once (11) millones de compatriotas firmaron. Luego, en la Conferencia de las Américas, celebrada en Panamá, nuestro Presidente encaró al jefe del Estado norteamericano. Los hechos han mostrado que esa política de Maduro logró neutralizar la intención original guerrerista del gobierno de Estados Unidos contra Venezuela, lo cual significa un triunfo de nuestro pueblo, de la revolución bolivariana y de la paz.

Igualmente, frente a la actual guerra no convencional (económica, mediática, criminal y cultural), desatada contra nuestro pueblo y el proceso bolivariano, la respuesta del Presidente ha sido preservar la paz e implementar respuestas estratégicas para proteger el empleo y la capacidad adquisitiva del pueblo trabajador, así como la transformación de nuestras debilidades económicas rentísticas en nuevas fortalezas estructurales para el desarrollo económico productivo y soberano. Asimismo, frente a la guerra de los precios del petróleo y la guerra contra nuestra moneda a través de Dólar Today, que constituyen los ataques más bestiales contra nuestro pueblo y el país, el presidente viene trabajando en las respuestas de transformaciones estratégicas para alcanzar soluciones duraderas y de largo alcance estructural en el plano internacional y nacional.

En contraste con esta titánica y extraordinaria gestión presidencial, la dirección política de la MUD, apenas logró una buena victoria política en la Asamblea Nacional, lejos de mostrar una sana racionalidad favorable al país y al pueblo que los eligió, amaneció el 7 de diciembre embriagada de poder y, en medio de su prolongada borrachera, que confunde con arrechera, solo ha prodigado amenazas, odios, venganzas, irrespetos, ofensas, desacatos, que la llevaron al triste espectáculo de terminar entrampada en su propia trampa de promesas demagógicas de cambios y eliminación de las colas para el abastecimiento alimentario. Ojalá la providencia les devuelva la racionalidad y sepan honrar este nuevo escenario de compromiso con el diálogo y la paz.

En síntesis queremos destacar y expresar nuestro reconocimiento al desempeño del presidente Nicolás Maduro que, en medio de las enormes dificultades, ha aprendido a timonear nuestra nave y mantener la brújula en señal de puerto seguro, derrotando los demonios de la guerra y preservando la paz. Todo ello, gracias a la conciencia y la voluntad de nuestro pueblo bolivariano y chavista de profundo y grande corazón indestructible. Por eso, hoy más que nunca invocamos la unidad de los y las patriotas y del pueblo todo en lucha permanente por sus derechos, por la soberanía y por la paz.

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