sábado, 27 de agosto de 2016

Evo le mete los dedos a los ojos del Imperio

El presidente de Bolivia Evo Morales una vez más acaba ponerse firme ante el Imperio; el pasado 17 de agosto inauguró, sin esconder nada, la Escuela Militar Antiimperialista que llevará el nombre del expresidente militar Juan José Torres (1970-1971), quien expulsó de Bolivia al Cuerpo de Paz de los Estados Unidos.

Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América

Evo Morales en la inauguración de la Escuela
Militar Antiimperialista.
Algunos esfuerzos semejantes existieron en el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado en Perú (1968-1975) pero de carácter local. Evidentemente las otras experiencias son las fuerzas armadas revolucionarias de Cuba y de Venezuela, razón por la cual el imperialismo estadounidense no ha podido controlarlos, sobornarlos o manipularlos, para revertir esos procesos; lo han intentado muchas de veces, sin resultados a su favor. Se trata de ejércitos formados no solo en lo militar sino también en lo político e ideológico; conocen muy bien quién es el enemigo y, han sido educados para defender la revolución, la soberanía y la independencia del país.

¿Cuál ha sido la historia de la formación de los militares en América Latina? Conocido es el papel que ha jugado la llamada Escuela de las América, fundada en Panamá en 1946, y que hoy lleva el nombre de Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica con sede en Fort Benning, Georgia desde 1984. A lo largo de setenta años de existencia, el imperio preparó ahí a más de sesenta mil soldados latinoamericanos en inteligencia militar, técnicas de tortura, tácticas de comando y técnicas de combate. Ahí se graduaron varios criminales como el general Roberto D'Aubuisson (El Salvador), Manuel Noriega (Panamá), Augusto Pinochet (Chile), los generales Leopoldo Fortunato Galtieri y Roberto Eduardo Viola (Argentina), Hugo Banzer (Bolivia), Rios Montt (Guatemala) entre otros.

En todas estas décadas cientos de miles de hombres y mujeres en América Latina han sido perseguidos, detenidos, torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados y obligados a refugiarse por soldados y oficiales preparados en esa Escuela. Las víctimas han sido dirigentes universitarios, educadores, líderes sindicales, líderes religiosos, dirigentes de izquierda, campesinos y mujeres que han luchado por los derechos de los empobrecidos. El dolor, la barbarie y la muerte han sido los distintivos de los actos cometidos por los graduados de esa Escuela. Todavía hoy, ahí se entrenan alrededor de mil soldados y policías cada año.

Según la historia, Bolivia ha sido el país de América Latina que más golpes militares ha sufrido. Con Evo Morales, Bolivia ganó independencia, autonomía y soberanía. Washington jamás presupuestó que ahí tendría como enemigo algún día a un presidente digno. En todos estos años Evo ha estado acorazado por su pueblo. El Imperio ha tratado de desestabilizarlo de cientos de formas, pero no ha podido. Hoy Evo Morales lo desafía, mandándole un claro mensaje: aquí ustedes no volverán a mandar jamás.

La Escuela Antiimperialista servirá para que sus alumnos conozcan la historia de esta parte del mundo que Eduardo Galeano llamó “las venas abiertas de América Latina.” Las palabras expresadas por el presidente Morales ese día fueron: “Es nuestra obligación crear esta escuela que recupere ideológicamente nuestra identidad”. Quiere que la Escuela fortalezca la función de las Fuerzas Armadas al servicio del pueblo y en la defensa de la soberanía nacional frente al imperialismo. Esas Fuerzas Armadas nunca más estarán al servicio de los intereses estadounidenses.

Pero los enemigos de los gobiernos progresistas en América Latina ya empezaron a chillar acusando a Evo Morales de despilfarrar recursos en esa Escuela.

Quienes así hablan son los publicistas que trabajan para Washington; son los anti latinoamericanistas que siempre han querido ver a nuestros pueblos bajo las botas del Imperio. Pronto el poder mediático desinformará, tergiversará y calumniará; para eso tienen a Carlos Alberto Montaner, Andrés Oppenheimer, Mario Vargas Llosa entre otros.

Pueden llorar señores, porque esta vez Evo Morales le metió los dedos a los ojos del Imperio.

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