sábado, 2 de julio de 2016

La canciller impecable de América

Nuestra canciller supo colocar en el lugar exacto la contradicción fundamental que hoy determina la vigencia o no y, por tanto, el destino histórico inmediato de la O.E.A que se debate entre  ser el escenario donde se haga valer la independencia, la soberanía, el respeto y la paz  entre las naciones y pueblos del continente, para favorecer la justicia, el desarrollo y la convivencia; o regresar a su viejo e indigno papel de agencia colonial del decadente imperio norteamericano.

Christian Farías/ Especial para Con Nuestra América
Desde Valencia, Carabobo. Venezuela.

Delcy Rodríguez, canciller venezolana.
Imaginamos que dentro de la lógica imperialista norteamericana, que ha prevalecido hegemónicamente en la Organización de Estados Americanos, OEA, la actuación de nuestra canciller Delcy Rodríguez en los eventos de esa organización realizados recientemente,  ha causado si no un sismo al menos un estremecimiento “inusual”. Todo el plan injerencista e intervencionista armado entre los apátridas de la oposición en Venezuela, el infeliz y frustrado Secretario General de la OEA y el gobierno de Estados Unidos contra nuestro país y nuestro gobierno,  ha sido desmontado ante nuestros pueblos y la opinión pública internacional. En ese sentido, no puede haber ninguna duda de la victoria política, diplomática, moral y ética  que  ha obtenido Venezuela; y junto a nosotros, todas las fuerzas de la dignidad latinoamericana y caribeña que nos acompañan en el  marco de la actual coyuntura internacional y nacional.

Tampoco tenemos dudas de que la actuación de nuestra canciller, ha sido una contundente demostración de la valentía, la dignidad, la inteligencia y la firmeza que caracterizan el mandato de nuestro presidente Nicolás Maduro. Realmente nos sentimos muy orgullosos cuando pudimos observar  en las cámaras de televisión la forma en que esos valores fundamentales de nuestro gobierno, fueron desplegados con altísima  prestancia y sobriedad femenina por nuestra Canciller. Fue  realmente una prueba de fuego, vital, en este momento de confrontación directa contra  la intriga y la marrullería marranera del señor Almagro, sus amos gringos y los acólitos de la MUD. Y como bien lo dijo Roy Chaderton, en paráfrasis futbolística, con un entrenador que tiene la experiencia y calidad del presidente Maduro y una goleadora nata como Delcy  Rodríguez, era lógico meterle todos los goles al tan miserable e inescrupuloso “arquero” del equipo pitiyanky.

La camarada Delcy, que así me atrevo a llamarla con el respeto que nos inspira, no utilizó el método de la diplomacia de libreto, en el cual cada representante diplomático lleva su discurso previamente escrito y simplemente cumple con el ritual de leerlo, sin importar su pertinencia o no en el proceso vivo del diálogo “en pleno desarrollo”. Muy por el contario, la canciller de la República Bolivariana de Venezuela, en representación del presidente Nicolás Maduro y del pueblo de Simón Bolívar y de Hugo Chávez,  dio una gran lección de verdadera diplomacia con base en el uso de una oratoria viva, que expresa el dinamismo de la confrontación política e interpreta el movimiento dialéctico y dialógico de la confrontación. Su método de proponer con valentía, escuchar con atención y respeto; y luego responder con claridad y firmeza, le permitió dominar con absoluta propiedad tan delicado y escabroso escenario.

Desde esa perspectiva, nuestra canciller supo colocar en el lugar exacto la contradicción fundamental que hoy determina la vigencia o no y, por tanto, el destino histórico inmediato de la O.E.A que se debate entre  ser el escenario donde se haga valer la independencia, la soberanía, el respeto y la paz  entre las naciones y pueblos del continente, para favorecer la justicia, el desarrollo y la convivencia; o regresar a su viejo e indigno papel de agencia colonial del decadente imperio norteamericano. He allí el dilema de la O.E.A. puesto a la orden del día ante  la mirada perpleja de unos y la satisfacción moral de otros. De manera que la trampa del trío diabólico USA-Almagro-MUD, fue develada tan magistralmente que la sala, casi plena, se colmó de aplausos para nuestra canciller, pues, también dejó claramente expresado que Venezuela,  con la OEA o sin la OEA, es y seguirá siendo siempre un país soberano, con un proyecto propio e irrenunciable de independencia, socialismo y paz. 

Por esa razón, hemos sido y somos blanco del asedio imperial, a través del acoso mediático internacional, por un lado;  y por el otro, con el chantaje, las presiones y las intrigas al interior de la OEA, así como la utilización de mercenarios dentro y fuera de nuestro territorio. Ante esa situación, entendemos que el Presidente y su gobierno han sabido enfrentar airosamente toda esa ofensiva imperial, sin hacer concesiones que pongan en riesgo la integridad de la República. El país entero ha visto en múltiples oportunidades que frente al asedio, el Presidente ha fortalecido la unidad estratégica cívico-militar, en el marco de la nueva doctrina militar de guerra de todo el pueblo para la defensa de la soberanía nacional. De manera que esta batalla que se ha librado exitosamente en la O.E.A. tiene un valor estratégico fundamental que nos obliga a redoblar el alerta y la reflexión seria, permanente y con sentido pleno de verdadero patriotismo.

Finalmente, quiero destacar la fluidez discursiva y total coherencia en el discurso de nuestra canciller, cuyo contenido reafirma la densidad y consistencia de la nueva filosofía política internacional de Venezuela,  que doscientos años después de la gala inaugural que hiciera de ella el Libertador Simón Bolívar, y luego negociada y entregada por los gobiernos entreguistas del pasado, fue rescatada y actualizada por el comandante Hugo Chávez y ahora continuada por el presidente Nicolás Maduro. Felicitaciones a la canciller Delcy Rodríguez por su absoluta lealtad al legado de nuestros libertadores, su firmeza e inteligencia para enfrentar al enemigo imperial; su templanza doctrinaria  y su dominio de la expresión verbal que la distinguen como una canciller bolivariana, chavista y revolucionaria, es decir, como la canciller impecable de América que honra especialmente  a su patria Venezuela y a las naciones hermanas de Latinoamérica y el Caribe, en esta hora de desafíos y retos impostergables.     

1 comentario:

Mario Moctezuma dijo...

No tuve oportunidad de ver el discurso completo de Delcy Rodríguez porque la cadena CNN solo exhibe lo que conviene, pero lo poco que dejaron ver fue un discurso claro, convincente y con mucha fuerza, yo creo por eso se robó los aplausos.