sábado, 23 de abril de 2016

De medios, manipulación y justicia

El escenario mediático, dominado por la televisión, es donde se produce el lavado masivo de cerebros cosa de formar un individuo consumista y banal, totalmente dócil para ser manipulado ya que su subjetividad ha sido invadida y no piensa por sí mismo, sino se ajusta a la agenda que impone el poder.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

Fragmento del mural "Ciudad emergencia",
de los artistas Ice y Oz Montania.
Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires.
Espectáculo y divertimento que, como todo hecho humano toma sentido político despierta en los espectadores las mismas bajas emociones que enardecían a los romanos en su circo, donde viendo destrozarse a los gladiadores o devorados los cristianos por las fieras, los soldados arrojaban pan al público para saciar el apetito.

Esa orgía de sangre tan antigua es promovida desde las pantallas, en donde por ejemplo, se ha visto reiteradamente en un cuartujo un grupo de individuos cuenta fajos de dinero, mientras el relato en off les asigna lavado, curso delictivo y los supuestos implicados – teniendo como centro a la ex presidente y su convocatoria. Su dudosa participación, es una cuestión que debe dirimir la justicia en su ámbito de ejercicio, sobre todo con la calma y sabiduría de sus fiscales y jueces dentro de su arquitectura magnífica que recuerda a la Grecia Antigua y bajo ese presupuesto jurídico que todo ciudadano es inocente hasta que no se demuestre lo contrario, garantía constitucional que la manipulación comunicacional trasgrede permanentemente, confiada en el “miente, miente que algo queda.” Es importante sembrar cada día los cinco minutos de odio que recomienda el Gran Hermano para que la turba se descargue.

Sin embargo ambos espacios – el de la comunicación y el ministerio público – se sustentan y respaldan cuando deciden mandar mensajes a la sociedad, abierta o veladamente, lo que puede llevarlos a equívocos costosos. Porque a pesar de lo exitoso de la manipulación, en algún momento hasta el menos espabilado comienza a cuestionar la información o, los mismos mensajeros, ante contradicciones tan groseras, intentan despegar su adhesión sórdida. Tan es así que al alborozo que encendieron los papeles de Panamá le ha seguido la preocupación y el descontento de muchos funcionarios actuales al verse cada vez más embarrados y no poder ocultar su participación en sociedades of shore. Y, al aparecer en ellas claramente nombres, documentos, fechas, ¿cómo explican su existencia, eludiendo la figura del Delito Económico Organizado? Por más que los asista una parte de la corporación jurídica, las aguas se dividen y los presupuestos éticos afloran cuestionando las cimientes del capitalismo y el Estado moderno. Y si por otro lado la inseguridad reclama cada vez más acciones y llena las cárceles de pobres, y ningún ladrón de guante blanco por otro lado ingresa, algo intrínsecamente no funciona.

Esto último, ha vuelto a ponerse de manifiesto de manera sorprendente en Argentina y Brasil estos últimos días, cuyas consecuencias pueden ser imprevisibles para quienes, de manera artera, pretenden conducir actualmente los destinos de ambos países.

De allí que una convocatoria judicial a la ex presidente, Cristina Fernández, se transformó en el hecho político más relevante de este año, convocando espontáneamente a los tribunales de Comodoro Py a más de 250 mil personas. Una explosión de fervor imposible de imaginar en las nuevas autoridades que, aunque aturdidos por la promoción de alegría,  íntimamente debe preocuparlos.

Algo similar ha sucedido en Brasilia este domingo, 17 de abril, en la votación que legitima un golpe blando contra la conducción de Dilma Rousseff en Brasil advirtiéndonos de un posible retorno a las peores épocas de la dictadura iniciada en 1964. El debate fue conducido por Eduardo Cunha, presidente de la Cámara, acusado de corrupción comprobada, mientras la honestidad personal de Dilma es indiscutida. Los fundamentos expuestos por los diputados por su voto afirmativo, apoyándose en la familia, sus orígenes, sus distritos u otras menos probas, sacaban a la luz un pasado esclavista, homofóbico y excluyente. Justamente en una fecha en que se cumplían 20 años de una matanza de campesinos sin tierra en el estado de Pará que quedó impune.

De allí que nuevamente la justicia salga a exponer su peor cara, el único poder indemne en doscientos años de vida de nuestros países independientes, en donde la Constitución estuvo en jaque por décadas. Curioso ¿no? ¿En qué consiste entonces la división tripartita de poderes dentro de las democracias republicanas?

Volviendo a las pantallas para nada bobas, poco expusieron lo que sucedía en las afueras del Congreso brasileño, donde centenares de miles de manifestantes reclamaban a favor de su presidenta, con camiones que difundían la recordada música de Chico Buarque en contra de la dictadura.

Tampoco las cadenas argentinas transmiten la infinidad de convocatorias por despidos, huelgas y paros que se producen en todo el territorio nacional, desde Ushuaia a La Quiaca.

Tanta tierra van acumulando bajo la alfombra que puede terminar en una cordillera con volcanes en erupción.

Nunca como ahora florecen los pérfidos consejos del Viejo Vizcacha, del Martín Fierro, destacado precursor de la viveza criolla: “Hacete amigo del juez, no le des de qué quejarse, que siempre es bueno tener un palenque ande rascarse”.

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