sábado, 18 de octubre de 2014

Las naciones y su identidad

Una identidad nacional es, ante todo, un fenómeno espiritual, emocional. Por eso este tema vuelve una y otra vez al escenario mundial, al impulso de las luchas y esfuerzos nacionales en busca de emancipación. En estos mismos días, eso ha quedado demostrado con el referéndum escocés para separarse del Reino Unido o mantenerse en él.

Jorge Núñez Sánchez / El Telégrafo (Ecuador)

Eso ha venido a recordarnos que las naciones modernas surgieron precisamente de la descomposición de los viejos y grandes imperios monárquicos, que incluían en su seno a varias naciones o nacionalidades reunidas por la fuerza, aunque bajo la égida de una de ellas.

Si tomamos como ejemplo al Imperio español, podremos ver que originalmente abarcó a europeos de varias nacionalidades (castellanos, andaluces, vascos, catalanes, gallegos, flamencos, valones, italianos, alemanes). Y que más tarde, gracias a su acción colonialista, llegó a contener en su seno a americanos de variada cultura (quichuas, guaraníes, araucanos, chibchas, mexicas, mayas, quichés, apaches, siouxes, cheyenes, navajos, tarahumaras y muchos otros), a varios pueblos asiáticos (filipinos y chamorros) y a diversos pueblos africanos (marroquíes, saharianos, guanches, ecuatoguineanos y otros).

Pero toda dominación provoca resistencias y por ello, mediante sucesivas luchas de liberación, esas naciones y nacionalidades fueron independizándose del Imperio español, siendo los primeros en liberarse los habitantes de los Países Bajos (actual Holanda), tras la durísima Guerra de los Ochenta Años, que terminó en 1648.

Más tarde, entre 1810 y 1824 se liberó la mayoría de países hispanoamericanos, tras un largo y sangriento proceso de independencia, que se inició en 1809, en Quito y Chuquisaca, y culminó en 1824, en la batalla de Ayacucho.

Cuba se liberó de modo semejante. Tuvo tres guerras de independencia y ya había derrotado a los españoles en 1898 cuando llegó EE.UU. y se apoderó de ella. Al fin se independizó en 1902, aunque previamente debió pasar por un período de ocupación norteamericana de cuatro años y posteriormente por un período de tutelaje neocolonial de siete años más.

Puerto Rico se proclamó independiente en 1868, aunque finalmente pasó del dominio colonial español al de EE.UU., donde sigue bajo el eufemismo de ‘Estado Libre Asociado a Estados Unidos’.

En Filipinas la lucha de independencia fue bloqueada por la ocupación yanqui, que se extendió hasta 1941, cuando vino la ocupación japonesa. Al fin fue libre en 1946. Y la última nación extranjera en liberarse del dominio español fue Guinea Ecuatorial, en 1968.

Pero ahora se plantea algo todavía más complejo para el sobreviviente Reino de España: una de sus naciones integrantes, Cataluña, desea separarse y constituirse como nación independiente. Y si lo consigue, probablemente se desatarán procesos similares en otras naciones ibéricas donde hay movimientos separatistas, como el País Vasco.

¿Quién dijo que los Estados Nacionales habían llegado a su ocaso?

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