sábado, 10 de mayo de 2014

Los retos de Valera en Panamá

El pasado domingo 4 de mayo, se celebraron las elecciones generales en Panamá, resultando  ganador el vice-presidente de la nación Juan Carlos Valera, del Partido Panameñísta.  Valera era aliado del Presidente Martinelli. Por diferencias de enfoque, rompieron su relación. Valera y su partido no obtuvieron la mayoría en la Asamblea Nacional, por lo que tendrá que gobernar por consenso o alianzas con otros partidos.

Dr. Carlos Pérez Morales* / Especial para Con Nuestra América
Desde Puerto Rico

Juan Carlos Varela, presidente electo de Panamá.
La República de Panamá ha sostenido un sorprendente crecimiento económico durante los pasados años, desafiando la crisis económica mundial.  Ésto se debe en gran medida a los aportes monetarios del Canal los cuales han aumentado el ingreso nacional. La trasferencia del Canal interoceánico a su jurisdicción ha permitido este crecimiento.  Esta transferencia ocurrió en diciembre de 1999, en virtud de los tratados Torrijos-Carter.  A pesar de este gran crecimiento económico, el mismo no ha beneficiado a la mayor parte de los habitantes de la nación.  Una tercera parte de su población vive bajo el nivel de  pobreza.
  

Existe una enorme brecha entre un pequeño grupo de personas y empresas y la mayoría de la población.  Persiste  gran diferencia en la distribución de la riqueza del país.  Esta pequeña élite ha gobernado el país durante casi todo el tiempo republicano, con excepción de la época de la dictadura militar de Omar Torrijos.  Durante este período los trabajadores y campesinos tuvieron acceso al llamado poder legislativo.  También los estudiantes ocuparon cargos menores en el poder ejecutivo. El nuevo presidente de la república tendrá que enfrentar ese grave problema.  No sabemos como lo hará ya que es miembro de ese poderosa élite.  Se espera que defienda sus intereses de clase.  Juan Carlos Varela es un destacado empresario de la industria licorera de la nación.

Los precios de la canasta básica aumentaron dramáticamente durante la presidencia de Martinelli.  Valera, durante su campaña política prometió bajar los mismos mediante un control de precio. No se sabe hasta que punto las fuerzas del mercado se lo permitirán en una economía capitalista como es la de Panamá.

Existe en Panamá una gran preocupación relacionada con el control de la rama legislativa por otros partidos.  Se desconocen las habilidades de Valera para establecer consensos que le permitan gobernar y llevar a cabo su programa político.

Otro grave problema que enfrentará será la terminación de las megas obras comenzadas por Martinelli, que requerirán grandes sumas de dinero al igual que el pago de la deuda externa.

El aumento de la producción agropecuaria, mermada en parte por el Tratado de Promoción Comercial, con Estados Unidos, tiene que ser una prioridad en su gobierno.

Una reforma constitucional es imprescindible para modernizar el país y combatir grandes problemas entre ellos la debilidad de la rama judicial. Esta rama de gobierno necesita de reformas urgentes para garantizar su independencia, evitar la corrupción gubernamental e impartir verdadera justicia en Panamá.

El combatir el crimen y la delincuencia, así como la corrupción es un imperativo.

Varela tendrá que decidir si los estamentos de seguridad pública van a seguir controlados por Estados Unidos.  Este país los domina con el “propósito de combatir las drogas” aumentando así su militarización.   Las Fuerzas Públicas no pueden seguir siendo utilizadas como instrumento represivo contra los trabajadores y los indígenas.

La minería en el país es controlada por compañías foráneas exportadoras que controlan esta riqueza natural.  Debe crearse legislación para resolver esta grave situación. Enfrentar el grave problema de contaminación que causa la minería de cielo abierto es una situación apremiante.

Los graves problemas que enfrenta la educación en Panamá en todos los niveles requieren de la atención urgente del Presidente Valera.  Hay que mejorar los currículos educativos y la formación de docentes que puedan poner este servicio a la altura del siglo XXI.  Se tiene que atender el grave problema del mejoramiento y establecimiento de escuelas en las zonas rurales.  En la rama de la educación superior, las universidades tendrán que atender el fortalecimiento de la Ciencias Naturales y las carreras tecnológicas sin menoscabo alguno de las Ciencias Sociales y de las Humanidades.  Esta tarea  es urgente y necesaria para poder suplir el personal que sostendrá  el crecimiento económico del país.

En términos de salud se debe garantizar y prestar estos servicios como los derechos humanos lo requieren. Hay que mejorarlos en todo el país incluyendo las zonas rurales y las comarcas indígenas.  Las escuelas de medicina tienen que actualizarse incluyendo la preparación de especialistas y sub-especialistas.

*Docente Jubilado, Universidad de Puerto Rico en Humacao.

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