sábado, 23 de noviembre de 2013

Honduras en vísperas de las elecciones

El neoliberalismo se impuso en Honduras a través de la violencia golpista. Hoy el cuestionamiento  al mismo se hace a través de la reivindicación de la democracia. Lo nacional popular se vuelve senda democrática. Vaya paradoja.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

El 24 de noviembre de 2013 Honduras  elegirá al nuevo presidente  de la república, a 128 diputados  y a sus gobiernos municipales. Si las elecciones son limpias y libres, Honduras recuperará la normalidad de la democracia liberal y representativa rota en ocasión del golpe de estado que depuso a José Manuel  Zelaya a fines de junio de 2009. Novedoso en este proceso electoral es el surgimiento de Libertad y Renovación (Libre),  encabezado por Mel Zelaya y su esposa la candidata presidencial Xiomara Castro. Cualquiera que sea el resultado de dicho  proceso electoral, algo no podrá ser evitado: se  habrá roto el  bipartidismo Liberal-Nacional en Honduras.

Los candidatos viables son Xiomara Castro por Libre, Juan Orlando Hernández  por el Nacional y Mauricio Villeda del Liberal. En las últimas encuestas ha repuntado un candidato neoliberal quien con su partido Anti Corrupción ha ganado una parte no  insignificante de las preferencias  electorales. Pero todo apunta a que la presidencia  de la república se dirimirá entre Xiomara Castro y Juan Orlando Hernández.  Xiomara Castro  ha estado bastante adelante  en las encuestas aun cuando  una realizada en octubre hecha por CID-Gallup apuntaría a un empate técnico entre ambos candidatos. El domingo 24 de noviembre, si las elecciones son incuestionables, la verdad se impondrá.

Independientemente de los resultados, el hecho de que Xiomara Castro  esté donde está en las encuestas significa  ya un triunfo. El partido Libre es producto de un proceso lleno de adversidades: el golpe de estado de 2009; el surgimiento del Frente Popular de Resistencia Nacional en medio de un auge represivo que ha cobrado la vida de cientos de sus activistas; la discusión interna entre sus adherentes y militantes  con respecto a si el FPRN debería convertirse en  partido y participar en estas elecciones; el proceso de convertirse en un partido inscrito en medio de la represión y ofensiva mediática. ¿Cuáles son las razones de su éxito? Indudablemente el hecho de que Mel Zelaya se convirtió en un líder carismático y de gran arraigo popular. 

Pero también hay que destacar lo que Jake Johnstone y Stephan Lefebvre han dicho en su informe auspiciado por el Center for Economic and Policy Research en Washington D.C. Entre 2006 y 2008 (hay que recordar que Zelaya gobernó entre 2006 y 2009) el crecimiento del PIB fue de 5.7%, mientras que en 2010-2013 fue de 3.5; la desigualdad se redujo con Zelaya y ahora Honduras tiene la mayor desigualdad de Latinoamérica; durante el gobierno de Zelaya el gasto social (salud y educación) aumentó como porcentaje del PIB mientras el gobierno de Porfirio Lobo lo ha reducido significativamente; las tasas de pobreza y pobreza extrema tuvieron una caída de 7,7 y 20,9 por ciento, respectivamente, durante el gobierno de Zelaya. Entre 2010 y 2012, la tasa de pobreza tuvo un aumento de 13,2 por ciento, mientras que la tasa de pobreza extrema tuvo uno de 26,3 por ciento. La tasa de desempleo ha aumentado desde un 6.8 en 2008 hasta un 14.1 en 2012  y la situación empeora porque el porcentaje de personas que trabajan tiempo completo pero que  ni siquiera perciben el salario mínimo aumentó de 28.8 en 2008 hasta un 43.6% en 2012. Hay que recordar que durante el gobierno de Zelaya el salario mínimo real aumentó al doble. Honduras tenía buenas condiciones para recuperar el crecimiento cuando Porfirio Lobo asumió la presidencia en 2010, pero esto no ha sucedido. Estos son los tristes saldos del neoliberalismo golpista en Honduras.


El neoliberalismo se impuso en Honduras a través de la violencia golpista. Hoy el cuestionamiento  al mismo se hace a través de la reivindicación de la democracia. Lo nacional popular se vuelve senda democrática. Vaya paradoja.

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