sábado, 23 de febrero de 2013

El triunfo de Correa, triunfo del Ecuador

Los ciudadanos ecuatorianos, y sobre todo los más humildes y excluidos que estuvieron en el centro de la preocupación cotidiana de la Revolución Ciudadana, del presidente Correa y su equipo de trabajo, expresaron el domingo pasado su apoyo a la continuidad del proceso de transformación y cambio.

Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela

En su primera alocución pública después de las elecciones que le dieron el apoyo popular para prolongar su mandato al frente de los destinos del Ecuador,  el presidente Rafael Correa bosquejó las tareas para los próximos 4 años, los  que se dedicarán a fortalecer el proyecto revolucionario. Expuso que “Todavía el cambio no es irreversible, tenemos que seguir construyendo relaciones para que jamás nos vuelvan a robar la patria. Que la patria por siempre y para siempre sea de todos y para todos". Para ello estableció  que el eje de su gestión será la formación del talento humano para lo cual se dedicarán los mayores esfuerzos y el más amplio presupuesto que jamás el país ha tenido en esta materia. Con entusiasmo habló de que el Ecuador avanzará a la “economía del conocimiento”,  y a la “sociedad del conocimiento” para lo cual se crearán nuevas universidades y se concederá mayor número de becas de estudio para profesores y estudiantes.

Recordó que en 2011, su país alcanzó la universalidad de la educación adelantándose en 4 años a ese objetivo  que es una  de las metas del milenio trazado por la Organización de Naciones Unidas. Ahora, dijo, se elevará la calidad de la educación,  se crearán 4 ciudades universitarias de nivel mundial y se invertirá en Ciencia y Tecnología para pasar de 4 a 19 centros de investigación. Enfatizó que es lo más importante que está haciendo y que hará  el país  en los próximos 4 años.
Asimismo insistió en que el otro pilar de la irreversibilidad del proceso es el fortalecimiento del edificio institucional del país de acuerdo a la Constitución aprobada en 2008.

Correa afirmó que la gran faena de la Revolución Ciudadana no ha sido la  extraordinaria obra pública en materia de infraestructura, educación y salud que se ha hecho, sino que lo verdaderamente trascendental ha sido el cambio en la relación de poder en su país. Dijo claramente que ahora manda el pueblo, no los banqueros, ni la partidocracia, los medios de comunicación corruptos o los organismos financieros internacionales. 

El presidente reelecto opinó que este triunfo electoral  lo es  también el de la Patria Grande porque consolida la democracia no sólo en Ecuador sino en toda América Latina. Aseguró que la victoria de este domingo 17 de febrero se inscribe en el fortalecimiento del proceso democrático en la región y que está  claramente enfocado a reducir las posibilidades de un  retorno al pasado en que los grupos dominantes pretendían someter a la mayoría para defender intereses minoritarios de la sociedad.

El Presidente Rafael Correa y su Gobierno han impulsado, desde el inicio de su gestión, transformaciones profundas en aras de construir un Estado incluyente y justo. La nueva Constitución elaborada por una Asamblea Constituyente democrática y participativa,  tomó en cuenta  los aportes de diversas organizaciones de la sociedad ecuatoriana que habían sido relegadas en el pasado y,  que ahora tuvieron la posibilidad de ser protagonistas en la  construcción del documento jurídico más importante de la República.  Esta Constitución fue llevada a referendo y aprobada por el voto del 70% de la población.

En ella se señala que el Ecuador es “un Estado de derechos y justicia”, plurinacional e intercultural. Asumió en toda su extensión garantías de protección de los pueblos originarios y  las nacionalidades indígenas. Así mismo, provee de herramientas para la aplicación de los derechos humanos y, vías de solución para los problemas de la ciudadanía y mecanismos de amparo integral para todos.

La aprobación de la Constitución significó para el Ecuador el inicio de un proceso de materialización de demandas históricas de la sociedad y en particular de sus sectores más humildes y excluidos. Entre otros logros, la Carta Magna consagró la democracia participativa; reconoció la diversidad intercultural, étnica, de género, religiosa y educativa; priorizó la inversión social, estableció que el Estado debía ser garantía en la aplicación de los derechos humanos y de la naturaleza y estableció la primacía de la atención y protección de grupos vulnerables;  se propuso recuperar la soberanía nacional y , como parte de ello finalizar el acuerdo que permitía la presencia de tropas extranjeras en la base de Manta;  se planteó renegociar la deuda externa privada  y, finalmente  estableció como prioritario en materia laboral, eliminar la tercerización y recuperar los derechos de las organizaciones de los trabajadores.

El gobierno de la Revolución Ciudadana y su organización de soporte el Movimiento Alianza Pais han llevado a la discusión de la Asamblea Nacional el proyecto de ley del agua que constitucionalmente es considerada “un derecho humano”, patrimonio nacional estratégico inalienable, inembargable, imprescriptible, por lo que se prohíbe  cualquier forma de privatización;  así mismo la Ley de Minería que obliga a una explotación de esos recursos de manera sustentable y de respeto de la naturaleza; de la misma forma  se ha propuesto una Ley de Soberanía Alimentaria y de Educación y Educación Superior para garantizar la educación universal y de alta calidad a toda la población, así como las de Participación Ciudadana, Comunicación y Servicio Público , entre otras. Todas ellas han estado bloqueadas en la Asamblea en la cual la Alianza País estaba en minoría. El cambio en la correlación de fuerzas parlamentarias a favor de la coalición de gobierno, también como resultado de estas elecciones auguran un avance sustancial en la demanda del presidente Correa por avanzar jurídica e institucionalmente en la consolidación de la Revolución Ciudadana.

En este momento, el Ecuador está llevando adelante el Plan Nacional de Desarrollo para el Buen Vivir o Sumak Kawsay que se propone establecer un estado productivo y justo para lo cual ha ejecutado el mayor esfuerzo en la historia de ese país en materia de inversión social, pasando de 500 millones de dólares en 2006 a 1700 millones en 2012. 

Con casi cinco millones de ciudadanos en condición de pobreza, que representaban en el 2006 el 37,62% de los ecuatorianos, la reducción a 32,76%  en 2010 de tal indicador significó en cuatro años sacar a 700 mil personas de ese estado. Sin embargo, esto no significa desconocer una realidad que incluye todavía a casi tres de cada 10 personas, pero la reducción de 4,9% en cuatro años y de 7,6% en la zona rural, es un avance considerable.

Asimismo, creció significativamente el Bono de Desarrollo Humano,  que pasó de 1,1 millón de beneficiarios en marzo de 2006 a 1,8 millones en marzo del 2011, con un aumento de 133% en el monto recibido. Estos beneficiarios corresponden en un 67 por ciento a madres solteras,  28% adultos mayores, 4% personas con discapacidad y 1%  menores de edad con discapacidad.

En otro plano, se elevó la inversión en vivienda 7 veces en comparación con la suma de los tres gobiernos anteriores. En materia de salud se  han construido 18 nuevos hospitales y 250 centros populares de salud y se han remodelado otros 469, elevando a cifras nunca antes alcanzadas la inversión en equipos, ambulancias y profesionales contratados para asegurar a los ciudadanos el acceso gratuito,  una atención con calidad profesional y técnica y calidez humana en el servicio. En educación,  se garantizaron la entrega de uniformes escolares, desayunos y almuerzos, así como mochilas con textos escolares gratuitos para alrededor de un millón de niños y niñas alcanzando una cifra récord en la historia del país. En esa materia se eliminaron las matriculas escolares, se construyeron y ampliaron 5000 nuevas unidades educativas y se elevó el salario y las bonificaciones de los maestros.

Todas estas medidas coadyuvaron a elevar los niveles de inclusión social y a mejorar el ingreso  de las familias en términos absolutos.  Evidentemente, los ciudadanos ecuatorianos y sobre todo los más humildes y excluidos que estuvieron en el centro de la preocupación cotidiana de la Revolución Ciudadana, del presidente Correa y su equipo de trabajo expresaron el domingo pasado su apoyo a la continuidad del proceso de transformación y cambio y en un  57% le dieron su voto favorable para que las propuestas incorporadas a su programa de gobierno tengan proyección, consolidación y futuro. 

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