sábado, 14 de mayo de 2011

Latinoamericanismo vs. imperialismo

"Latinoamericanismo vs. Imperialismo" (2009, Ocean Sur), es una compilación de discursos de Fidel Castro, preparada por el politólogo y filósofo cubano Luis Suárez Salazar. Un libro en el que las ideas van entretejiendo un marco de interpretación de nuestra realidad contemporánea, que conserva su vigencia y su proyección de futuro con un auténtico sello latinoamericanista.

Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica

¿Pueden entenderse las luchas de nuestros pueblos por la construcción de sociedades más justas, libres y humanas, al margen de la inocultable disputa política, comercial, económica y cultural entre latinoamericanismo e imperialismo? ¿Acaso ha sido otra la historia de nuestra América en los últimos dos siglos? ¿Ha cesado esa contradicción en nuestros días, o por el contrario, acecha hoy con más fuerza que antes?

Tales son algunas de las preguntas que incita la lectura del libro Latinoamericanismo vs. Imperialismo (2009, Ocean Sur), una compilación de discursos de Fidel Castro, preparada por el politólogo y filósofo cubano Luis Suárez Salazar.

Gracias a la selección de las intervenciones del líder revolucionario, así como a la contextualización de los hechos y sus oportunos comentarios, el profesor Suárez Salazar logra trazar un panorama completo del devenir de la Revolución Cubana en el escenario internacional, en el período que va de 1959 a 2006.

En el conjunto de la obra, las reverberaciones de los discursos y las palabras lanzadas a tiempo y contra el curso de los tiempos –cuando lucían más sombríos-, engarzan el rumbo de esa Revolución con las luchas populares, antiimperialistas, anticolonialistas y de liberación nacional de los pueblos de América Latina y el Caribe desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días: una relación profunda e inseparable de ese otro proceso mayor que es la batalla por la que, en palabras de José Martí, será nuestra segunda y definitiva independencia.

En el libro, que lleva al lector desde la explanada municipal de la ciudad de Montevideo a la Plaza de la Revolución en La Habana, las ideas del líder cubano van entretejiendo un marco de interpretación de nuestra realidad contemporánea, que conserva su vigencia y su proyección de futuro con un auténtico sello latinoamericanista: ese que está presente en la defensa de Cuba contra las agresiones de Estados Unidos y la OEA –mampara del panamericanismo-, o el llamado finisecular a combatir la deuda externa, el neoliberalismo y derrotar los planes de creación del ALCA; un latinoamericanismo que gravita, también, en la denuncia de la pobreza, el analfabetismo y el subdesarrollo que carcomen a la América Latina, a los que contrapone el internacionalismo humanista latinoamericano gestado desde la Isla rebelde; y que en lo cultural, lo vemos en las evocaciones del ideario de Bolívar, Martí, Juárez y los libertadores de la primera independencia, y en su llamada urgente a avanzar en la unidad y la integración de los pueblos.

Este latinoamericanismo, que es tanto sensibilidad y solidaridad ante los oprimidos por el imperialismo, como la afirmación de un camino propio para una comunidad de pueblos con vínculos insoslayables, hace parte también de lo que el filósofo uruguayo Arturo Ardao llamaba “una nacionalidad en proceso histórico de organización”.

Por eso, no es casual que en los discursos incluidos en Latinoamericanismo vs. Imperialismo aparezcan, con familiaridad, personajes y movimientos cuyo legado atraviesa fronteras de espacio y tiempo, para constituirse en una herencia colectiva indispensable para comprender a nuestra América: así vemos desfilar por las páginas del libro a Augusto Cesar Sandino y su gesta antiimperialista en Nicaragua; a los presidentes Lázaro Cárdenas, en México, defiendo los recursos naturales del país, o a Salvador Allende en Chile, guiando la construcción del socialismo por la vía electoral; a la Revolución Sandinista, en Nicaragua, que articula sus empeños liberadores con las guerrillas guatemaltecas o el Frente Farabundo Martí de El Salvador; el nacionalismo progresista del general Omar Torrijos en Panamá; o el surgimiento de liderazgos y procesos más recientes, como el de Lula da Silva y el Partido de los Trabajadores en Brasil, y Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana en Venezuela.

Cabe un doble mérito para el compilador y para la obra como tal: el de ofrecernos una perspectiva histórica de los cambios ocurridos en la región durante las últimas décadas, y que el vértigo de los acontecimientos y las colosales presiones que a diario enfrentan estos procesos políticos, no nos permite ver con claridad. Y además, el de recordarnos, por medio de la colección de discursos, lo que ya José Martí advertía a finales del siglo XIX: la pelea contra el imperialismo, desde nuestra condición latinoamericana, se debe hacer “no a mano ligera, sino con conciencia de siglos”.

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