sábado, 29 de marzo de 2014

La censura a la prensa: sus hilos invisibles

La censura  tiene hilos invisibles. Uno de ellos es la autocensura. El miedo a las represalias de diverso tipo.  Otro más es el flujo de dinero y prebendas. En suma, en estas sociedades de deplorables democracias neoliberales, garrote y zanahoria actúan con respecto a la prensa de la misma manera  en que actúan en otros medios.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

La censura a la prensa puede hacerse por diversas vías y será más efectiva cuanto más sutilmente se haga. En la época de las dictaduras militares o de los regímenes autoritarios en general,  la censura se hizo a través de la represión directa. Fueron  noticia común en aquellos años, el cierre de periódicos y medios  o el asesinato de periodistas por acciones en las que estaba comprometido el Estado. Hoy cuando se supone que hemos dejado atrás aquellos tiempos  y aquellos regímenes, la censura se hace a través de hilos invisibles.  Algunos de ellos son el servilismo y la corrupción que cumplen un papel importante. Obviamente no pueden hacerse generalizaciones que resultan en afirmaciones injustas, pero es sabido que en todas partes existen periodistas y periódicos que viven de los pagos  debajo de la mesa que reciben de los gobernantes de turno.

En países como México, una parte importante de los presupuestos públicos  se destina a pagarle a medios que de esta manera se dedican a hacer notas periodísticas laudatorias a gobernantes y políticos. Y al parecer esta práctica llega hasta los medios  de comunicación  más importantes. Esto se  revela  en el hecho de que la revista Time haya recibido un pago de aproximadamente 60 mil dólares, por publicar en su portada  una foto del presidente mexicano Enrique Peña Nieto. La foto va acompañada de un titular: “Salvando a México”. El costo tan barato se debió a que tal portada no salió en Estados Unidos, sino solamente en las ediciones exteriores de dicho medio.

Todo esto pensé cuando me enteré de la salvaje agresión de la que fue objeto en Guatemala el reportero Pavel Vega quien trabaja para elPeriódico. Pavel padece desde muy joven de glaucoma.  La agresión que sufrió a manos del periodista Raúl Morales de Radio Sonora, ha propiciado que haya tenido que ser intervenido quirúrgicamente como consecuencia de los golpes que recibió en un ojo. Tengo relación con la familia de Pavel y  me han informado que probablemente el encono del agresor se deba a que se sintió aludido en una sección  del medio mencionado. En la misma  se mencionaba que el papel de  algún periodista era hacerle  al presidente Pérez Molina preguntas “a modo” para sacarlo de situaciones espinosas o para que se luciera. He leído otros artículos en los que francamente   se menciona a Morales,  como un periodista a sueldo del oficialismo. Especificamente al servicio de Francisco Cuevas y la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia. Se ha dicho por ello  que Raúl Morales se comportó como un vulgar golpeador a sueldo.

La censura  tiene hilos invisibles. Uno de ellos es la autocensura. El miedo a las represalias de diverso tipo.  Otro más es el flujo de dinero y prebendas. En suma, en estas sociedades de deplorables democracias neoliberales, garrote y zanahoria actúan con respecto a la prensa de la misma manera  en que actúan en otros medios.

No me resta sino desearle a Pavel una pronta recuperación. Periodistas como él son indispensables.

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