sábado, 1 de marzo de 2014

Bienaventuranzas del libre mercado

Bienaventuradas las personas pobres que sueñan con ser ricos e incluidos en la vorágine del consumo, como parte del crecimiento económico fecundado en las vísceras del sistema financiero internacional, pues de estas personas es y será el reino del libre mercado.

José Toledo Alcalde / Especial para Con Nuestra América

Buscad el reino del libre mercado y todas
las riquezas prometidas les serán añadidas.

Bienaventuradas las personas que lloran por que al ser incluidos en el sistema de consumo y desarrollo económico del libre mercado contraerán deudas antihumanamente impagables como parte del consuelo “democrático” ofrecido en faraónicas campañas electorales.

Bienaventuradas las personas humildes entendidas como aquellos y aquellas que aceptan inmóvil, silenciosa y con resignación los ajustes y recortes  financieros y no osen con insurgir demandando sus derechos, pues ellos heredarán  la tierra plagada de enajenante comercialidad e institucionalizada corrupción.

Bienaventuradas las personas que aceptan la competencia comercial desigual legitimada, oleada y sacramentada con los Tratados de Libre Comercio y aquellas personas que aceptan la multiplicación de alimentos transgénicos y especulación indiscriminada de mortales pesticidas.

Bienaventuradas las personas que tienen hambre y sed de consumo desmedido y competencia individualista y desenfrenada, pues ellos y ellas serán saciados en el reino del libre mercado, paraíso de arboles llenos de migajas envueltas en cascaras de servicio y mercantilista inclusividad social.

Bienaventurados los traficantes de servicios y productos que hacen de la usura y acumulación el dogma del sistema “democrático”, porque ellos y ellas   recibirán el agua bendita proveniente de la inmaculada fuente del poder religioso, político y económico.

Bienaventuradas las personas que aplauden la competencia desigual legitimada en los tratados de libre comercio, la multiplicación de panes y frutos transgénicos y la monopolización privatizadora de los servicios, pues ellos verán el dolarizado y euroizado rostro del dios de oro y petróleo en pedestales bañados en sangre inocente alimento vampiresco en el reino del libre mercado.

Bienaventuradas las personas que aceptan la paz entendida como privatización de los intereses públicos, la primacía del crecimiento económico sobre el desarrollo educativo, ético, moral y sobre la cultura del bienestar integral. Aquella paz entendida, no como la ausencia de inequidades y el desarrollo del bienestar integral ,sino como la guerra asumida, promovida y defendida desde la iniciativa de los grupos de poder y países aliados en torno a la hegemonía del capital. Aquella paz no entendida como la promoción y fortalecimiento de la justica social, sino como el imperio del capital mercantil sobre  todo ser viviente, incluido el ser humano.

Bienaventuradas las personas que denuncian a todo aquel que se oponga a las medidas económicas impuestas por los lobbies y agencias financieras internacionales, y aquellas personas que denuncian a todo aquel que se enfrente a la malignidad del capitalismo salvajemente anti-vida.

Bienaventurados los perseguidores de personas y pueblos que osan asumir su destino soberanamente desde su propia historia; ellos serán premiados, condecorados y reconocidos públicamente en el reino del libre mercado.

Bienaventuradas serán aquellas personas que sean investigadas y juzgadas por desestabilizar sistemas democráticos opuestos al régimen del  capitalismo salvaje, juzgadas por hacer de la libertad de expresión instrumento perfecto de la desinformación y manipulación colectiva, por maquinar derrocamientos, asesinatos e infame destrucción planetaria imponiendo los intereses de los reyes y  reinas de un paraíso llamado “democráticamente” sistema de libre mercado. 

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