sábado, 8 de febrero de 2014

Educación y desarrollo humano

Es impensable el desarrollo humano sin una educación igualmente humana cualitativa, es decir, no solo técnica-científica-cuantitativa. La educación humanística es una “ampliación de opciones, libertades y capacidades” que potencia nuestro desarrollo en todas su formas de expresión.

Abdiel Rodríguez Reyes / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá

Según informes de la Cepal y el FMI, Panamá, en particular, y la región de América Latina y el Caribe, en general, presentan un crecimiento económico considerable. Otro dato que hay que tener en cuenta es la dinámica de las economías emergentes como Brasil, Rusia, India China Sudáfrica; México, Indonesia, Nigeria y Turquía  que tienen incidencia en las decisiones que se toman a nivel global, por su aporte al PIB mundial.

Tanto nuestra región como las economías emergentes que tienden a crecer, por lo menos estos dos años, tienen como preocupación la reducción de la pobreza y la desigualdad  –objetivos del milenio– igual que las potencias mundiales. Pero su prioridad es mantener su estabilidad financiera y crecimiento económico, a cualquier costo. En otros términos, seguimos bajo las reglas del determinismo del capital financiero internacional.

Según el Foro Económico Mundial, en Davos, 2014, tres mil millones de personas entrarán a formar parte de la clase media, en consecuencia se aumentará el uso y la extracción de materias primas para satisfacer esas necesidades.

En tal sentido, estamos en la transición de una sociedad consumista a una más consumista, diría Gilles Lipovetsky, sociólogo francés.

El precio, debido a la escasez de materia prima en los focos–centros, donde más se desarrolló el consumismo,  aumentó  en la misma proporción que la calidad de vida disminuyó. En los últimos años se  utiliza material genéticamente alterado para aumentar los niveles de producción a escala industrial y bajar el  costo de producción, con una  considerable reducción de mano de obra. Además los productos  transgénicos incrementan  las células cancerígenas en nuestros organismos, y  desmejoran  la vida misma en términos generales.

Según la ONU y la Organización Mundial de la Salud, la esperanza de vida del panameño se sitúa entre   75 y 76  años. Y se ve afectada por una serie de deficiencias en la salud pública (envenenamiento masivo con el dietilene glycol, bacterias e infecciones como la KPC, y la insalubridad urbana) que dejan en invidencia que además hay un problema en la gestión pública.

Según el  documento del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo,  Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014 Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina,  para garantizar tal desarrollo  hay que tener claro tres temas: salud, educación y  reducción de la pobreza.  También es necesario garantizar  los derechos económicos, sociales y culturales.

El desarrollo humano que “plantea la necesidad de reconocer que la verdadera riqueza de las naciones son las personas” es una tarea pendiente en la medida que no se abre a nuestra cotidianeidad, por contraste, se  percibe como algo abstracto que no forma parte de nuestra naturaleza y, más lejos aún, como un objeto de estudio científico. La  inconsciencia colectiva de la importancia  del  concepto, así como la falta de educación y la incapacidad del ciudadano para exigir sus derechos, torna más difícil alcanzar el sentido real del concepto.

Es impensable el desarrollo humano sin una educación igualmente humana cualitativa, es decir, no solo técnica-científica-cuantitativa. La educación humanística es una “ampliación de opciones, libertades y capacidades” que potencia nuestro desarrollo en todas su formas de expresión.

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