sábado, 11 de enero de 2014

Costa Rica: Votar por el Frente Amplio (Debatiendo con el sectarismo de izquierda)

No se puede subestimar los efectos de la campaña del miedo en el electorado. Corresponde a las fuerzas progresistas cerrar filas alrededor de la propuesta del Frente Amplio. Quedarse mirando los toros detrás de la barrera o encerrados en su propia concha sectaria, lleva agua al molino del continuismo neoliberal.

Giovanni Beluche V. / Especial para Con Nuestra América

Ante la campaña del miedo, Villalta refuerza el encuentro
con la gente, cara a cara, en barrios y ciudadades.
El actual proceso electoral obliga a contribuir a la toma de decisiones de una parte del electorado que se mantiene a la expectativa. Con modestia propongo dos reflexiones en voz alta, esta primera polemiza con la izquierda sobre la necesidad de apoyar críticamente al Frente Amplio. En un próximo artículo debatiremos frente a los argumentos que la derecha esgrime contra la candidatura de José María Villalta (Frente Amplio).

El pueblo y la juventud quieren un cambio

La escalada en la intención de votos a favor del Frente Amplio, tal como se refleja en las encuestas, confirma que amplias franjas de la ciudadanía, sobre todo la población joven, no está dispuesta a votar por los partidos tradicionales que han hecho del neoliberalismo su programa político. El descontento con tanta desigualdad, pobreza galopante y desempleo a veces toma un giro peligroso hacia la derecha (pasó en Panamá con Martinelli). Pero en el actual proceso electoral, el golpe de timón parece hacer un vuelco parcial hacia el progresismo. Como de costumbre, los últimos en enterarse son los dirigentes de la mayoría de grupos de izquierda, que fueron incapaces de dotar al pueblo costarricense de una propuesta electoral unitaria y clasista.

Mientras los líderes de cada agrupación nadan en el sectarismo y la autocomplacencia puritana, cuasi religiosa, el pueblo y la juventud reclaman el cese de las consecuencias del modelo aperturista y de libre mercado, que les ha negado un porvenir con dignidad: pobreza, desigualdad, crisis del agro, desempleo, inseguridad ciudadana, crisis de la CCSS, etc. Faltando menos de un mes para las votaciones, la campaña electoral debería convertirse en una oportunidad de reflexión colectiva sobre las consecuencias del modelo de acumulación capitalista vigente y la necesidad de establecer un gobierno democrático, popular, progresista, clasista y anti neoliberal que revierta sus medidas. Cada persona que emita un voto consciente de ruptura con el paradigma de la sociedad de mercado, estará en mejores condiciones de avanzar en sus concepciones ideológicas.

Votar por el Frente Amplio y el debate en las izquierdas

El Frente Amplio claramente levanta una propuesta anti neoliberal. Su programa se puede cuestionar por contener elementos desarrollista, socialdemócratas, keynesianos y hasta reformistas, pero es una propuesta progresista alternativa que hay que apoyar de forma crítica. El pueblo tiene el derecho de hacer su experiencia con el Frente Amplio y eso sería altamente progresivo. Si bien la pobreza y la desigualdad obedecen a causas estructurales de la sociedad capitalista (que hay que erradicar), la aplicación de medidas redistributivas ha sacado de la pobreza a millones de personas en varios países de la región.

En vez de empujar la carreta en esa dirección, a una parte de la izquierda se le olvidó aquello de “analizar la realidad concreta para elaborar política concreta”. No se han dado cuenta de que con todas sus carencias y defectos no es lo mismo el Brasil de Lula que el de Fernando Henrique Cardoso, el Ecuador de Correa que el de Lucio Gutiérrez, o la Bolivia de Evo Morales que la de Gonzalo Sánchez de Losada. A algunos hasta les cuesta encontrar alguna diferencia entre Álvaro Uribe y Hugo Chávez.

Cerrar filas contra la campaña del miedo y en favor del Frente Amplio

Durante el mes que resta de campaña electoral, las maquinarias y los millones con que cuentan los partidos del bloque neoliberal, sobre todo el PLN y el Movimiento Libertario, se gastarán en una campaña sucia. Ante su falta de discurso coherente y convincente, echan mano del recurso del miedo, igual que cuando estaban perdiendo el referéndum del TLC, cuando sin empacho se unieron PLN, Otto Guevara, PUSC y demás hierbas aromáticas.

No se puede subestimar los efectos de la campaña del miedo en el electorado. Corresponde a las fuerzas progresistas cerrar filas alrededor de la propuesta del Frente Amplio. Quedarse mirando los toros detrás de la barrera o encerrados en su propia concha sectaria lleva agua al molino del continuismo. Que una segunda ronda se dirima entre el Frente Amplio y el PLN sería un triunfo para todo el movimiento popular. Si por el contrario, la campaña del miedo surte efecto, la segunda ronda podría ser entre los dos partidos del bloque neoliberal: PLN y Movimiento Libertario. De ese binomio saldría una nueva derrota para el pueblo y las fuerzas progresistas. ¿Qué papel jugará cada quién para evitarlo?

Se trata de acumular fuerzas para las duras jornadas de lucha que los sectores populares, la clase trabajadora, los movimientos de la diversidad sexual, campesinos, comunidades, mujeres, ambientalistas, juventudes y pueblos indígenas seguirán dando por una sociedad con justicia social y equidad.

1 comentario:

Registro educativo electrónico dijo...

Este artículo es orientador de lo que corresponde en esta coyuntura de escaso tiempo para tomar la decisión correcta.Ojalá muchos lo lean y atiendan lo recomendado, estarán haciendo historia.
jf