sábado, 13 de octubre de 2012

Simón Rodríguez nos estaba esperando

Venimos a celebrar una nueva e-lección de los pueblos. La democracia latinoamericana vive y se construye también en nuestras aulas.

Carla Wainsztok / Especial para Con Nuestra América
Desde Buenos Aires, Argentina

Venezuela: una lección para nuestra América
Con Simón Rodríguez aprendimos que la idea de igualdad incluye la formación de los pueblos y los ciudadanos. No hay contradicción en ello. La idea de ciudadanía presume  los derechos y la idea de pueblos la de comunidad. Comunidad de los que aún no tienen, no tenían comunidad.

Formar ciudadanos, educar pueblos, va de la mano del proyecto de la Patria Grande. Comunidad-escuela; comunidad-pueblo; comunidad Patria Grande. Apuesta de un maestro venezolano por las pedagogías y los mares del Sur.

Rodríguez afirmaba allá por 1820 que la República era imaginaria y no dejaría de serlo mientras sus hijas e hijos rodaran en las calles.

Casi 200 años después la República deja de ser imaginaria y se va construyendo en una República de iguales y diversas/os y en la Patria Grande. Donde sólo pueda rodar la felicidad. Donde tal vez los únicos privilegiados sean las niñas y los niños.

Nuestras democracias, las de la Patria Grande se construyen día a día con soberanía cognitiva, es decir con un pensar y un sentir propio y apropiado. Pero para que haya soberanía cognitiva hace falta justicia cognitiva.

La justicia cognitiva se experimenta en la creación de nuevas escuelas, de nuevas universidades, en las misiones pedagógicas bolivarianas, en distribuir neetbooks, que es otro modo de repartir, de convidarnos los saberes.

Un/ a docente hace una e- lección, como lo hacen los pueblos, como lo hacen las/os presidentes de Nuestra América Latina. 

Pero incluso las formas de comunicación de nuestras/os presidenta/es son pedagógicas, son intérpretes de los pueblos y se ven obligados a explicar sus decisiones permanentemente, enfrentados a los medios hegemónicos de comunicación debieron convertirse en verdaderas/os pedagogas/os de sus obras.

Tenemos una cita, citamos y nos citamos, con las/os pedagogos de Nuestra América, es decir tenemos una cita con las/os maestras/os, profesores. Las pedagogías latinoamericanas se construyeron, se construyen y se construirán en nuestras aulas.

Una docente susurra en aula, estos son nuestros tiempos, pero no por una lectura caprichosa, son nuestros tiempos porque los pueblos así lo hemos decidido. Y vuelve a susurrar venimos a enseñar con alegría, porque somos artífices en la interrupción de los destinos prefijados.

Nuestros pueblos fueron condenados una y otra vez al dolor, a la fragmentación, al silencio oprobioso. El discurso del amo en toda Nuestra América Latina, nos quiso y nos quiere confundir, dijo y dice que nos mueve el resentimiento. Apenas nos agita el amor.

Venimos a celebrar una nueva e-lección en la Patria Grande, que nos reúne con los tiempos de Simón y Simón, que son los tiempos presentes. Nuestros tiempos. Rodríguez es memoria, es presente y es futuro. Rodríguez nos estaba esperando.

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