sábado, 28 de febrero de 2009

Cuba y Estados Unidos: Euforia y realidad

La promesa de Obama en campaña de levantar las restricciones a los viajes de los cubanoestaunidenses y al envío de remesas a sus familiares en la isla, y la disposición expresada de hablar con Raúl Castro han levantado grandes expectativas y revitalizado el debate respecto a la conveniencia de una suavización de las medidas contra la isla. Raúl ha reiterado varias veces la disposición de dialogar con Washington sin precondiciones, sobre bases de igualdad y sin sombra a la soberanía de Cuba, invariable postura cubana.
Ángel Guerra Cabrera / ALAI
El influyente senador republicano Richard Lugar ha distribuido esta semana a sus colegas un informe que reconoce el fracaso del bloqueo a Cuba en su “propósito declarado” de llevar la democracia a la isla. Lugar obvia el origen del conflicto en la permanente agresividad de Estados Unidos hacia la revolución Cubana, y la falta de ética inherente, pero muestra cierto realismo político al sugerir el inicio, sin exigir concesiones de la otra parte, de medidas graduales de distensión en cuanto a viajes y envío de remesas, comercio bilateral, reinicio de la pláticas migratorias y colaboración antidrogas.
Con fina ironía, escribía Noam Chomsky que el autor de las palabras arriba entrecomilladas, hombre inteligente, las escogió cuidadosamente pues seguramente sabe que el verdadero propósito(del bloqueo) es completamente diferente. “Nadie –añade- …puede creer que el objetivo de las intensas operaciones estadunidenses de terror y severa guerra económica contra Cuba estaba dirigido a llevar la democracia al pueblo cubano”. De esta sentencia se deriva que si la hostilidad de Washington hacia La Habana llegara a relajarse en algún grado –como parecería probable- se deberá, ante todo, a la tesonera resistencia de los cubanos por medio siglo a este crimen sin precedente en la historia contemporánea de una gran potencia contra un pequeño país. Unida al carácter ilegal e inmoral de esa política, ha estimulado un consenso mundial contrario, expresado ya 17 veces por una aplastante mayoría de gobiernos en la Asamblea General de la ONU, con la deshonrosa excepción de Israel, la potencia agresora y una semicolonia del Pacífico.
El “embargo”, apunta Lugar, se ha convertido en un problema para las relaciones de Estados Unidos con América Latina y la Unión Europea. Menciona como ejemplo el ingreso de Cuba al Grupo de Río aunque obvia el vibrante llamado al todavía presidente electo Barak Obama por la primera Cumbre de América Latina y el Caribe(12/08) para que levante el bloqueo cuanto antes.
La asunción del mando por aquel ha hecho reflotar en la opinión pública de Estados Unidos una fuerte corriente por revisar la política hacia Cuba y por el levantamiento del bloqueo, que logró manifestarse hasta los primeros tiempos del mandato de George W. Bush e incluso pasar proyectos de ley en el Congreso que atenuaban la medida de fuerza, todos vetados por la Casa Blanca. Abarca importantes sectores empresariales y académicos, iglesias, numerosos legisladores de los dos partidos y una creciente franja de cubanos residentes en ese país pero su voz fue silenciada porque chocaba con la lunática visión de la hegemonía estadunidense enarbolada por aquella administración y también con los estrechos nexos de compadrazgo que unen al clan Bush con la contrarrevolución cubana de Miami, partícipe señera del fraude electoral que elevó a G.W. al más alto puesto gubernamental.
La promesa de Obama en campaña de levantar las restricciones a los viajes de los cubanoestaunidenses y al envío de remesas a sus familiares en la isla instaurados por Bush y la disposición expresada de hablar con Raúl Castro han levantado grandes expectativas y revitalizado el debate respecto a la conveniencia de una suavización de las medidas contra la isla. Raúl ha reiterado varias veces la disposición de dialogar con Washington sin precondiciones, sobre bases de igualdad y sin sombra a la soberanía de Cuba, invariable postura cubana.
En su audiencia de confirmación como secretaria de Estado Hillary Clinton afirmó que llevaría a cabo una revisión de las relaciones bilaterales. Al informe de Lugar se suma una iniciativa presentada por el diputado demócrata William Delahunt para levantar la prohibición de viajar a Cuba a los estadunidenses en general, aún por debatir, y se acaba de aprobar en la Cámara de Diputados una enmienda al proyecto de presupuesto que derogaría las limitaciones a los viajes de los cubanoestadunidenses todavía pendiente de superar otros trámites. Llueven informes de tanques pensantes señalando las ventajas de un deshielo.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Ayer, el Departamento de Estado acusó sin fundamento, ni derecho, un empeoramiento de los derechos humanos durante la presidencia de Raúl Castro. La mejoría de las relaciones bilaterales, por cierto, dependerá del respeto que muestre el imperio a la soberanía de Cuba. Qué bien si Obama lo comprende.

La masacre del pueblo awá en Colombia

En el enredo colombiano, sólo las organizaciones de los de abajo parecen una alternativa a la guerra que se está librando para apropiarse de los bienes comunes de la humanidad. Que en esa guerra todos los actores desprecien a los indios y a los demás sectores populares, ya no es novedad. El silencio de muchos intelectuales es tan doloroso como significativo.
Raúl Zibechi / LA JORNADA
El 11 de febrero la columna Mariscal Sucre de las FARC, que opera en el departamento de Nariño, emitió un comunicado en el que informa de la ejecución de ocho indígenas awá por colaborar con el ejército colombiano. Según los gobernadores awá los asesinados serían 17, aunque otras fuentes elevan la cifra a 25. Los indígenas, desarmados, fueron pasados a cuchillo por la guerrilla.
El ministro de Defensa del gobierno militarista de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos, aprovechó la masacre para pedir a los indígenas que suministren información y aseguró que sólo las fuerzas armadas pueden garantizar la seguridad de los awá. Mintió de forma desvergonzada para ocultar que la presencia del ejército en Nariño y la extensión del Plan Colombia a ese departamento son las razones de fondo de la violencia que sufre el pueblo awá. Ello no exime a las FARC de su responsabilidad en el brutal crimen.
El departamento suroccidental de Nariño, fronterizo con Ecuador y con extensas costas en el Pacífico, se ha convertido en un corredor estratégico para el suministro de armas y el tráfico de cocaína. Allí están presentes todos los actores del conflicto colombiano, a menudo combatiendo entre sí, formando las más extrañas alianzas, pero siempre haciendo de la población civil la víctima principal de sus acciones. El Observatorio del Conflicto Armado (http://www.nuevoarcoiris.org.co/) asegura que en Nariño hay 17 mil efectivos militares, a los que se sumarán pronto otros 10 mil; las FARC cuentan con 600 combatientes y el ELN con 300 más, y los diversos grupos paramilitares tienen otros 600 armados. Las dos guerrillas se combaten entre sí y ambas tienen alianzas con grupos paramilitares opuestos, como documentan varios excelentes artículos de la periodista colombiana Constanza Vieira.
Hasta la implementación del Plan Colombia en el año 2000, en Nariño no había cultivos de coca. Las masivas fumigaciones en los vecinos departamentos de Putumayo y Caquetá forzaron la emigración de las plantaciones. Ahora en Nariño hay 20 mil hectáreas de coca. Para los awá fue un desastre. Este pueblo de 25 mil habitantes vive en caseríos dispersos en zonas montañosas y selváticas, controla 210 mil hectáreas donde funcionan 26 resguardos regidos por sus autoridades tradicionales. En 10 años han sido asesinados casi 200 awá, pero la situación se agravó desde que a comienzos de 2008 el ejército desembarcó masivamente en el departamento para disputarle a las FARC el control territorial. En sólo seis meses fueron muertos 44 awá, casi todos a manos del ejército y las FARC.
Los diversos actores minaron extensas áreas de modo que los awá están confinados en sus comunidades sin poder cazar ni sembrar. Los awá han dicho mil veces esta no es nuestra guerra y le pidieron a los militares que abandonen sus territorios. El ejército llega a las aldeas, ocupa las viviendas y exige información, y si se les niega tortura y encarcela. Cuando se retira, llegan las FARC y los acusan de colaborar con el ejército.
Pero la guerra es apenas un medio para conseguir fines, como lo demuestra un excelente análisis publicado el 12 de febrero por la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), titulado ¿Para qué masacran a los awá? Asegura que todos los actores armados son un factor de terror contra ese pueblo, pero que la violencia no es un fin en sí mismo sino un medio para ayudar a que se despeje a los pueblos indígenas de pueblos y territorios donde buscan instalarse varios megaproyectos comerciales y productivos que movilizan a grandes multinacionales y grupos armados en toda la región.
En primer lugar, las grandes plantaciones de caucho y palma aceitera como parte del agronegocio de las empresas multinacionales, que se apoyan en grupos armados privados y en las fuerzas armadas, capaces de despejar territorios para los monocultivos. En segundo, la existencia de plantaciones de coca y laboratorios de cocaína, que involucran a guerrilleros y paramilitares. En tercer lugar, está comprobada la existencia de reservas de uranio, oro, plata, zinc, cobre, platino y molibdeno. La empresa minera Kedahda SA, filial de la Anglo Gold Ashanti, solicitó en julio de 2007 concesiones en 37 municipios de Nariño en los que casualmente se registra la mayor presencia de fuerza pública y grupos armados al margen de la ley, situación que ha derivado en el desconocimiento de los derechos humanos de la población civil, asegura la ACIN. Por último, el Eje Multimodal Amazonas de la IIRSA (Integración de la Infraestructura de la Región Sudamericana), proyecto de los gobiernos progresistas de la región, que une el Pacífico con el Atlántico, atraviesa de lleno el territorio awá.
La ACIN concluye que en esa región se combinan todas las violencias para acceder a las riquezas: “Mientras el trabajo sucio del terror es realizado por diversos actores armados legales e ilegales con acciones criminales de guerra entre sí y contra los pueblos, cuyo resultado estratégico, esperado e inevitable, es el despojo y la privatización del territorio, el Estado colombiano implementa políticas que proveen el blindaje legal institucional para la explotación de los territorios”. La conclusión parece inevitable: Este es el Plan Colombia en marcha, dicen los indios nasa agrupados en ACIN.
Las organizaciones indígenas han convocado una minga humanitaria en apoyo de sus hermanos masacrados, que incluye una concentración masiva en el resguardo más afectado para rescatar a nuestros muertos que las FARC aún no han entregado. En el enredo colombiano, sólo las organizaciones de los de abajo parecen una alternativa a la guerra que se está librando para apropiarse de los bienes comunes de la humanidad. Que en esa guerra todos los actores desprecien a los indios y a los demás sectores populares, ya no es novedad. El silencio de muchos intelectuales es tan doloroso como significativo.

Atilio Borón: “Universidades refuerzan el pensamiento único”

El director del Programa Latinoamericano en Ciencias Sociales advierte que la universidad latinoamericana se convirtió en “un cenáculo blindado por un pensamiento absolutamente fragmentario y tecnocrático”.
Julián Bruschtein / Página12
(Fotografía de Pablo Piovano)
“La universidad latinoamericana pasó de ser uno de los grandes focos del pensamiento contestatario, donde abundaban las ideas de cambio y de transformación social, a ser un cenáculo blindado por un pensamiento absolutamente fragmentario y tecnocrático.” En diálogo con Página/12, el politólogo Atilio Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación en Ciencias Sociales del Centro Cultural de la Cooperación (ver aparte), analizó la actualidad del pensamiento crítico en el ámbito académico. Además señaló que ante la crisis “América latina está llamada a cumplir un papel extraordinariamente importante en los próximos años, que van a ser muy, muy duros”.
–El pensamiento crítico fue uno de los puntales de la universidad pública en Argentina. ¿En qué estado se encuentra hoy?
–Me embarga una profunda decepción al ver los efectos duraderos de lo que fueron los años de la contrarrevolución neoconservadora en los ’80 y ’90. Porque en esa etapa llevaron a la universidad latinoamericana de ser uno de los grandes focos del pensamiento contestatario, donde abundaban las ideas de cambio, de transformación social, de reforma y hasta de revolución, a ser cenáculos relativamente cerrados y aislados, blindados por un pensamiento absolutamente fragmentario y tecnocrático, despojado prácticamente de cualquier vinculación con las necesidades reales de transformación que requiere la sociedad. Causa de esto fueron las pautas impulsadas por el Banco Mundial, de la mano de los mecanismos de control creciente de tipo administrativo en la vida universitaria. Por la vía de las evaluaciones y las acreditaciones, los incentivos que imponen esas medidas tienen un contenido clave en el resultado final: teórica, ideológica y metodológicamente van castigando al pensamiento contestatario y refuerzan el convencional.
–En ese sentido, las publicaciones científicas internacionales también juegan un papel importante...
–Sí, el creciente papel jugado por los referatos, las revistas de referato o los libros que se publican por esta razón claramente premian a aquel que se inscribe dentro del paradigma dominante. Tienen una muy alta valoración: otorga mayor puntaje si se publica en EE.UU. que si se lo hace en el país. A la larga, lleva al investigador a adecuar sus trabajos y su agenda a la metodología dominante, desnaturalizando por completo la relación entre los científicos sociales y la realidad de nuestros países. Pero contiene una contradicción en sí: esta metodología no sirve porque los grandes disidentes en la historia de la ciencia jamás hubieran podido progresar en una universidad como la que se ha venido reconfigurando en los últimos veinte años, donde todo pensamiento disidente es considerado ideología, no ciencia, ensayo. Es decir que Freud nunca hubiera tenido un lugar, Darwin no hubiera tenido lugar, Copérnico tampoco hubiera tenido lugar y Einstein tampoco. Una revista de referato actual hubiera interpretado que la teoría de la relatividad de Einstein era un delirio y punto. Esto es un camino muy sutil del reforzamiento del pensamiento único.
–Usted plantea la victoria ideológica del neoliberalismo a pesar de su fracaso en la promoción del desarrollo. ¿El pensamiento crítico es la herramienta para desbaratar este paradigma?
–Ganó la batalla ideológica porque logró que la gente crea que la empresa privada es mejor que la pública, que un mercado desregulado es mejor que uno regulado, que la apertura económica es mejor que el proteccionismo y que el Estado definitivamente es un mal administrador.Y, sin embargo, cuando hacés un balance de treinta años de hegemonía neoliberal arrancando con Thatcher y Reagan a fines de los ’70 y principios de los ’80, las economías latinoamericanas crecieron menos de la mitad de lo que habían crecido en el período de la posguerra. Es decir que este modelo satanizado, el desarrollismo, hizo que creciera el doble de lo que creció después, cuando se implantó la uniformidad ideológica del neoliberalismo. Este no fue capaz de generar crecimiento económico, no fue capaz de fortalecer a las sociedades, tampoco tuvo la capacidad de robustecer las democracias de la región y lo que sí hizo fue garantizar que los sectores más concentrados del capital tuvieran ganancias cada vez más elevadas.
–¿La crisis internacional abre un espacio para el desarrollo de los procesos iniciados en América latina en los últimos años?
–Creo que sí, pero como ésta puede parecer una opinión chauvinista latinoamericana, traigo la posición del historiador británico Perry Anderson. El plantea que, si hay un punto en el imperio en donde se producen las condiciones para una resistencia más eficaz en contra del capitalismo, es en América latina. Países como Bolivia, Ecuador o Venezuela lograron traducir los movimientos populares en opciones políticas con fortaleza. Estos gobiernos y estos movimientos configuran un escenario latinoamericano que no está presente ni en Africa ni en Asia. De alguna forma, la contestación más fuerte al neoliberalismo se da en terreno latinoamericano: tenemos la experiencia zapatista de enero de 1994, también el nacimiento del Foro Social Mundial, y hay que contar también a Cuba, que ha logrado mantener su revolución socialista a pesar del bloqueo. En Argentina hay una fuerza muy importante a nivel social de movimientos reivindicatorios antineoliberales y anticapitalistas, pero todavía no tiene una traducción política. Igualmente, con todos estos datos, creo que América latina está llamada a cumplir un papel extraordinariamente importante en los próximos años, que van a ser muy, muy duros.

El Buen Vivir, una oportunidad por construir

El Buen Vivir constituye una categoría central de la filosofía de vida de las sociedades indígenas. Y su aporte nos invita a asumir otros “saberes” y otras prácticas. Pero eso no es la única fuente de inspiración para impulsar el Buen Vivir. Incluso desde círculos de la cultura occidental se levantan cada vez más voces que podrían estar de alguna manera en sintonía con esta visión indígena. En el mundo se comprende, paulatinamente, la inviabilidad global del estilo de desarrollo dominante.
Alberto Acosta / Rebelion
En la Asamblea Constituyente, el Buen Vivir o Sumak Kausai (en kichwa) fue motivo de diversas interpretaciones. En un debate, que en realidad recién empieza, primó el desconocimiento y el temor en algunos sectores. Para unos el Buen Vivir, al que lo entendían ingenuamente como una despreocupada y hasta pasiva dolce vita , les resultaba inaceptable. Otros, quizás temerosos de perder sus privilegios, no dudaron en anticipar que con el Buen Vivir se proponía el retorno a la época de las cavernas.
Algunos asambleístas, contando con el eco perturbador de gran parte de una prensa mediocre e interesada en el fracaso de la Constituyente, acostumbrados a verdades indiscutibles, clamaban por concreciones definitivas. Mientras que otros, incluso algunos que inclusive alentaron este principio fundacional de la Constitución de Montecristi, al perecer no tenían clara la trascendencia de esta decisión.
Para entender lo que implica el Buen Vivir, que no puede ser simplistamente asociado al “bienestar occidental”, hay que empezar por recuperar la cosmovisión de los pueblos y nacionalidades indígenas; planteamiento que también se cristaliza en la discusión constitucional en Bolivia. Eso, de plano, no significa negar la posibilidad para propiciar la modernización de la sociedad, particularmente con la incorporación en la vida de muchos y valiosos avances tecnológicos de la humanidad.
En la comprensión del sentido que tiene y debe tener la vida de las personas, en las sociedades indígenas de nuestro país no existe el concepto de desarrollo, nos recuerda Carlos Viteri Gualinga. Es decir, no hay la concepción de un proceso lineal que establezca un estado anterior o posterior. No hay aquella visión de un estado de subdesarrollo a ser superado. Y tampoco un estado de desarrollo a ser alcanzado. No existe, como en la visión occidental, está dicotomía que explica y diferencia gran parte de los procesos en marcha. Para los pueblos indígenas tampoco hay la concepción tradicional de pobreza asociada a la carencia de bienes materiales o de riqueza vinculada a su abundancia.
Desde la cosmovisión indígena el mejoramiento social -¿el desarrollo?- es una categoría en permanente construcción y reproducción. En ella está en juego la vida misma. Siguiendo con este planteamiento holístico, por la diversidad de elementos a los que están condicionadas las acciones humanas que propician el Buen Vivir, los bienes materiales no son los únicos determinantes. Hay otros valores en juego: el conocimiento, el reconocimiento social y cultural, los códigos de conductas éticas e incluso espirituales en la relación con la sociedad y la Naturaleza, los valores humanos, la visión de futuro, entre otros. El Buen Vivir constituye una categoría central de la filosofía de vida de las sociedades indígenas. Y su aporte nos invita a asumir otros “saberes” y otras prácticas.
Pero eso no es la única fuente de inspiración para impulsar el Buen Vivir. Incluso desde círculos de la cultura occidental se levantan cada vez más voces que podrían estar de alguna manera en sintonía con esta visión indígena. En el mundo se comprende, paulatinamente, la inviabilidad global del estilo de desarrollo dominante. Leer más...

Democracia y capitalismo no son compatibles

Entrevista al investigador chileno Marcos Roitman, autor de Las razones de la democracia en América Latina, un libro que hace aportes a la construcción teórica de la lucha emancipatoria: “Ahora hay una despolitización que vuelve a las personas más sumisas al poder, es el proceso del totalitarismo invertido”.
Yinett Polanco / LA VENTANA
El estudio de la democracia, su génesis y diferentes estadios, es un tema apasionante para el investigador chileno Marcos Roitman. Sociólogo, Profesor Titular de Estructura Social de América Latina en la Universidad Complutense de Madrid, columnista del periódico La Jornada de México y colaborador del sitio digital Rebelión, ha publicado los libros Democracia sin demócratas, La democracia en América Latina. Actualidad y perspectivas junto a Pablo González Casanova, y El pensamiento sistémico: los orígenes del social-conformismo.
Las razones de la democracia en América Latina, fue el título con el cual llegó Roitman a la XVIII Feria Internacional del Libro, Cuba 2009. Al decir de Gilberto Valdés Gutiérrez, presentador de este texto: “No es este, (…) un libro estrictamente académico, resultado de investigaciones librescas. Es un libro que hace aportes a la construcción teórica de la lucha emancipatoria y ese es, a nuestro juicio, su valor fundamental.”
En esta Feria del Libro usted presentó Las razones de la democracia en América Latina, texto conectado con otros títulos suyos, ¿por qué ha elegido esta línea de investigación?
—Tal vez ahí juega mucho la experiencia personal: el hecho de proceder de Chile y haber sido detenido en el Estadio Nacional, a uno le hace pensar qué es la democracia y cómo se construye el hecho republicano. Recuerdo que nosotros no entendíamos —al menos quienes éramos más ingenuos y yo me sitúo dentro de ellos, aunque podía haber tenido militancia— por qué debía negarle a quien me estaba preguntando, que era militante de un partido hasta ese momento constitucional, republicano y democrático como el Partido Socialista.
“A cambio de mi respuesta recibí golpes, sin entender por qué toda una tradición de lucha democrática, en cinco minutos me había convertido directamente en un enemigo del país que quería matar a los otros. Ahí comprendí la manipulación, y eso me hizo pasar de estudiar física o ingeniería a hacerme las preguntas desde la sociología y la ciencia política, o sea, cómo se construía el control de la dominación desde la perspectiva del capitalismo y por qué nosotros sentíamos de alguna manera esa necesidad de recuperar la condición humana en el momento en que la tortura, el oscurantismo y los elementos de la dictadura, nos negaron la propia condición humana.
“A uno le queda entonces estudiar el proyecto democrático y este se articula también en un estado, en las clases sociales, en los movimientos sociales, en la necesidad de estudiar la historia de la América Latina y romper la manipulación, no solo de los medios de comunicación, sino también de cómo nos habían formado. La formación es muy importante, y entendí que podía aportar a la lucha del conocimiento de la teoría democrática desde esa perspectiva y desde mi militancia política en la práctica, para dar a conocer la responsabilidad social del hecho democrático.” Leer más...

José Martí y la idea del bien

Armando Hart Dávalos / LA JIRIBILLA
Con el propósito de organizar encuentros sobre la contribución de América Latina y el Caribe, hemos propuesto la creación del Club Martiano «La idea del bien». Como se sabe, este es un concepto del Apóstol. Tendría como propósito inmediato probar que las corrientes más universales de la cultura que llaman de Occidente se produjeron en la segunda mitad del siglo XX en América Latina y el Caribe. Acompaño relación de algunas de ellas. Se trata de subrayar el alcance universal del pensamiento latinoamericano y su vínculo con las figuras más importantes de la historia de la humanidad que le precedieron o fueron sus coetáneos. Desde luego, esta es una obra que tendría un enorme valor y requiere mucho tiempo y cooperación.
El proyecto que estamos promoviendo tiene los siguientes objetivos:
•Promover las ideas de Simón Bolívar, José Martí, otros próceres y pensadores de América y la cultura universal. Se trata de investigarlas, estudiarlas y promoverlas en cada uno de nuestros países, así como su identidad nacional y la de nuestra América. Esto se puede hacer solo a partir de movilizar a hombres de ciencia y conciencia y articularlo con los movimientos sociales que están levantando como bandera la defensa de la humanidad, amenazada de muerte en este siglo.
•Junto al desarrollo de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), promover la idea expuesta por el presidente Hugo Chávez en la Plaza de la Revolución cuando recibió el Premio José Martí de la UNESCO, en relación con los vínculos que pueden existir entre el ALBA y la Alternativa Martiana para las Américas (ALMA), cuyo núcleo central es el pensamiento de José Martí.
•Estudiar el carácter de las relaciones de América Latina con Estados Unidos. Esto tiene un interés universal, y puede hacerse a partir de los grandes pensadores latinoamericanos y caribeños.
•Editar libros y hacer una colección con un título significativo que se refiera al propósito de salvar a la humanidad. Puede hacerse una relación de esos textos que tengan interés universal.
•Brindar a este empeño el apoyo de la prensa y de los medios de comunicación masiva en general.
A estos efectos, sugiero estudiar las corrientes más originales de la cultura occidental para confirmar que las mismas tuvieron lugar en nuestra América en el último medio siglo. Estas son:
•La renovación del pensamiento socialista que generó la Revolución Cubana y que nos representamos en Fidel Castro y Ernesto Guevara, y que inspiró a muchos otros movimientos sociales de igual aspiración, en la última mitad del siglo XX.
•La cosmovisión estética, expresada en escuelas de trascendencia e impacto universal, como la literatura de lo real maravilloso de Alejo Carpentier y en los grandes maestros del llamado «boom literario» de América Latina, sin olvidar la epopeya transformadora del idioma español, cuyos artífices pioneros, Martí y Darío, estimularon la actitud creadora e innovadora en todos los campos de las bellas artes.
•El pensamiento social filosófico y ético de la teología latinoamericana de la liberación, cuando la analizamos, no solo como un fenómeno teológico del cristianismo, sino como una propuesta revolucionaria, en función del reino de este mundo.
•La revolución bolivariana propuesta y convocada por el presidente Chávez.
•El nuevo cine latinoamericano, el más reciente espacio de la creatividad latinoamericana y caribeña en el mundo de las artes y de la comunicación.
•El movimiento de educación popular, cuyas concepciones y experiencias han terminado marcando consensos universales en organismos internacionales y gobiernos.
•Dentro de ello debe priorizarse el estudio del pensamiento educacional de Paulo Freyre*.
Para cumplimentar tales objetivos, se concertarán convenios con instituciones de diversa índole con el fin de investigar, estudiar, promover y orientar la búsqueda del quehacer necesario para estos comienzos del siglo XXI. Como conclusión, todos estos pensamientos conducen a «la idea del bien» y el disfrute del más preciado derecho de la creación natural: la vida humana, la cual, como bien se sabe, nos produce placer y satisfacción muy íntimos. En la historia conocida del cosmos somos quienes resultamos capaces de dar la vida por el bien de nuestros semejantes, y para ello debemos luchar contra la pobreza, las desigualdades, la injusticia, las guerras, la explotación del hombre por el hombre, y extender la vida sobre la Tierra y al medio natural que le sirve de sostén.
*Eminente pedagogo brasileño, consagrado a alfabetizar a personas adultas, para lo cual creó un método propio

viernes, 27 de febrero de 2009

El "Caracazo", hace 20 años: El día que el pueblo dijo ¡Ya Basta!

El 27 de febrero de 1989, apenas a 25 días de haber asumido su segunda presidencia Carlos Andrés Pérez, se produce una explosión social en Venezuela como consecuencia de las medidas que venía tomando el nuevo gobierno, como la entrada en vigencia, el día anterior, de los nuevos precios de la gasolina, que incidió de inmediato en el aumento de las tarifas del transporte colectivo.
TeleSUR
Corría el año de 1989, el lunes 27 febrero desde muy temprano, alrededor de las 4 am, los habitantes de Guarenas, población ubicada pocos kilómetros al este de la capital venezolana, se preparaba para su habitual viaje hacia sus puestos de trabajo en Caracas. Pero ese día en particular, lo habitual se convirtió en abuso. Los trabajadores se consiguieron con un aumento indiscriminado del pasaje, los transportistas de las dos únicas líneas que cubrían el servicio, estaban cobrando un aumento que iba desde el 100 hasta el 50 por ciento. Esa fue la chispa que prendió la vorágine de acontecimientos que nadie previó.
Al poco tiempo de iniciar Carlos Andrés Pérez su segundo período presidencial, el 16 de febrero de 1989 para ser exactos, el recién posesionado presidente presentó ante el país un programa de ajustes macroeconómicos, concebido para generar cambios sustanciales en la economía nacional.
En términos generales, el paquete económico comprendía decisiones sobre política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social. Entre las principales medidas anunciadas figuraban la decisión de acudir al Fondo Monetario Internacional y someterse a un programa bajo supervisión de ese organismo con el fin de obtener aproximadamente 4,5 billones de dólares en los tres años siguientes.
El tan promocionado paquete incluía medidas que afectaban directamente la ya maltratada economía del pueblo venezolano, puesto que implicaba una liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 reglones de la cesta básica; incremento gradual de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua, electricidad y gas doméstico y "sinceración general de precios de las empresas públicas"; aumento anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos derivados del petróleo, con un primer aumento promedio del 100 por ciento en el precio de la gasolina; aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30 por ciento.
El impacto de estos ajustes económicos "recomendados" por el Fondo Monetario Internacional (FMI), no se hizo esperar, destacándose el alza desmesurada en los precios de la gasolina, lo que obviamente determinó el súbito encarecimiento del transporte de mercancías y alimentos. La ejecución de tales medidas fue la gota que derramó el vaso, de un país con un elevado número de pobres, que habían soportado durante mucho tiempo las consecuencias de políticas desfavorables a su oportunidad de abandonar la miseria: la persistencia de salarios insuficientes, las notables dificultades de acceso a servicios sanitarios y educativos de buena calidad, el alto costo de la cesta alimentaria, la progresiva pérdida de atención gubernamental, entre otras. Leer más...

lunes, 23 de febrero de 2009

Sandino: a 75 años, más vivo que nunca

Si hace 75 años la voz de Sandino se alzaba casi en solitario desde las montañas de las Segovias, apenas apoyada por el naciente movimiento obrero y socialista y los más consecuentes nacionalistas mexicanos, hoy la conciencia y la acción nacionalista de perfil antiimperialista ha calado hondo en amplios sectores de la población.

Rafael Cuevas Molina * / Presidente AUNA-Costa Rica
Como nunca antes, el espíritu de Sandino recorre América Latina en nuestros días. Efectivamente, los procesos nacionalistas, antiimperialistas y latinoamericanistas que se abren paso en distintos países del continente, retoman y elevan a nuevos niveles los ideales por los que ofrendó su vida en 1934.
Las circunstancias históricas han cambiado en estos 75 años. Si entonces los Estados Unidos se acababan de posesionar como potencia hegemónica mundialmente luego de la Primera Guerra Mundial, y América Latina estaba tachonada de gobiernos títeres a sus designios, hoy la situación es bien distinta.
Envueltos en la que seguramente es la mayor crisis económica desde la de 1929, los Estados Unidos ven anunciarse en el horizonte el declive de su preponderancia mundial, y en América Latina se topan con los más fuertes movimientos socio-políticos alternativos a su dominio.
La situación mundial, sin embargo, es más compleja. La humanidad se encuentra enfrentada a una crisis civilizatoria, caracterizada por la Mesa Indígena del Foro Social Mundial como crisis de modelo de desarrollo capitalista, eurocéntrico, machista y racista que pone en peligro todas las formas de vida.
A pesar de la crisis que le azota, el poderío económico y militar norteamericano tiene una presencia incuestionable en todo el continente. Sus designios han marcado a fuego, como, por demás, durante todo el siglo XX, el desarrollo de nuestros países en la era neoliberal. A través de organismos Económicos Internacionales como el BM, el FMI y el BID, el llamado Consenso de Washington, que está en la base de las reformas impulsadas durante estos años, reperfiló el paisaje social, económico, político y cultural de nuestros países, acentuando la ya de por sí dramática brecha entre ricos y pobres, y aumentó el saqueo de nuestros recursos naturales.
Pero si hace 75 años la voz de Sandino se alzaba casi en solitario desde las montañas de las Segovias, apenas apoyada por el naciente movimiento obrero y socialista y los más consecuentes nacionalistas mexicanos, hoy la conciencia y la acción nacionalista de perfil antiimperialista ha calado hondo en amplios sectores de la población. La lucha iniciada por Sandino tiene hoy el eco por el que tanto bregó en vida pero que nunca le llegó en la medida que necesitaba.
Por todo ello, el espíritu de Sandino, hoy, está más vivo que nunca.

*Rafael Cuevas es autor del libro "Sandino y la intelectualidad Costarricense" (2008), publicado en San José por la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia. EUNED.

domingo, 22 de febrero de 2009

A 75 años, Sandino vive y lucha por la unidad de los pueblos latinoamericanos

Hay dos rasgos del pensamiento de Sandino que conservan especial vigencia: su confianza en que son los obreros y campesinos, con su fuerza organizada, los que "llegarán hasta el fin", por la constancia en la defensa de sus legítimos intereses. Y su constante e insistente convicción de que es posible construir un mundo diferente al del orden capitalista imperialista, que concede a las naciones pequeñas latinoamericanas la condición de "patio trasero".
Ricardo Zúniga García * / ADITAL
Un 21 de febrero (1934) fue asesinado a traición el líder nacionalista, latinoamericanista y anti-imperialista Augusto Calderón Sandino.
Sandino alcanzó reconocimiento nacional e internacional por lograr, en un país donde las elites miraban como natural ser sometidos al protectorado del emergente imperio norteamericano, convocar a un sector importante de mineros, campesinos y artesanos; a defender la soberanía nacional y a luchar por una sociedad justa. Encabezó la primera experiencia exitosa de guerra de guerrillas en el continente en el siglo XX, logrando derrotar con un puñado de 'pobres" al ejército interventor de los Estados Unidos de Norteamérica de aproximadamente 5.000 hombres dotados de la tecnología militar de punta en la época. Esto es una verdadera hazaña tomando en consideración que Nicaragua en la época apenas tenia una población rural y dispersa de 600.000 habitantes.
Pero posiblemente su mayor mérito ha sido el aglutinar, el entusiasmar en torno a un proyecto de una pequeña tierra digna para los campesinos, artesanos y obreros, de una economía autogestionaria; un proyecto de país soberano, que se viabiliza y consolida en un proceso de unidad continental frente a la agresión imperialista.
Sandino logró levantar la autoestima de una buena parte de los nicaragüenses, a tal punto que pesar de su asesinato a traición por Somoza, en contubernio con el gobierno norteamericano de entonces, y del intento de esos actores por ocultar su gesta y enterrar su memoria, él pudo renacer en la conciencia de su pueblo y ser inspiración profunda especialmente en las décadas de 70 y 80 con el caminar de la Revolución Popular Sandinista, y sigue inspirando hoy a los nicaragüenses y latinoamericanos, que tratan de avanzar en el camino del Alba.
Hay dos rasgos del pensamiento de Sandino que conservan especial vigencia: Su confianza en que son los obreros y campesinos, con su fuerza organizada, los que "llegarán hasta el fin", por la constancia en la defensa de sus legítimos intereses. Y su constante e insistente convicción de que es posible construir un mundo diferente al del orden capitalista imperialista, que concede a las naciones pequeñas latinoamericanas la condición de "patio trasero" de la nación imperial. Rebelándose contra la mentalidad dominante de la Nicaragua de entonces, donde una buena parte de la población, especialmente la letrada, miraba como lo más natural, como algo impuesto por la fuerza "del destino" el que nuestro país fuese un protectorado norteamericano. Es más, lo miraban como la mejor alternativa para el desarrollo económico del país. Fueron tan reiteradas las intervenciones militares norteamericanas, para proteger las empresas de economía de enclave o para sostener gobiernos aliados serviles, que la mayoría de los políticos tradicionales lo miraban como un hecho inevitable al que había que acomodarse y resignarse.
Frente al espíritu doblegado y servil de la clase política de su tiempo, Sandino hizo constantes llamados a la solidaridad del pueblo latinoamericano con la lucha de su pequeño ejército de artesanos y campesinos. Es más, aun conociendo las diferentes tendencias políticas de los presidentes de los países latinoamericanos de su tiempo, hizo reiterados llamados a la unidad latinoamericana a partir de sueño de Bolívar, proponiendo concretamente asumir el proyecto de la construcción de un canal interoceánico por Nicaragua, que fuese una sociedad con capital mayoritariamente latinoamericano. A pesar de no tener estudios académicos, Sandino percibía con claridad que grandes proyectos como un canal interoceánico, los servicios públicos estratégicos debían ser garantizados por los Estados en función de los intereses de sus pueblos. Seguramente las cartas de Sandino a los gobiernos latinoamericanos, que nunca tuvieron una repuesta oficial conocida, hoy tendrían una acogida positiva de los países signatarios del Alba, y de otros países que participan de ese mismo espíritu, como Ecuador y Paraguay.
Sandino tuvo la virtud de unir sólidamente la dimensión local de la lucha por la soberanía popular y el respeto a los derechos de tierra y libertad de su pequeña Nicaragua, con la dimensión continental latinoamericana, con la que necesaria se completaba y articulaba.
Sandino inicia su lucha partiendo de su propia experiencia como trabajador mecánico en las bananeras norteamericanas en Honduras, Guatemala y México. El se nutre de su experiencia de lucha, aprendiendo de la historia de lucha de los trabajadores organizados. Estudia disciplinadamente con los líderes sindicales de la naciente revolución mexicana. Y cuando decide regresar a Nicaragua para iniciar su lucha cuenta con sus humildes ahorros de cinco mil dólares, reunidos en varios años de vida austera y disciplinada. Después se juntaría otros recursos, pero la base fue los propios recursos del ahorro de un obrero.
Un conocido programa de análisis político que se trasmite en Nicaragua por la radio comunitaria La Primerísima recuerda cada día a los oyentes una frase de Sandino dirigida a sus combatientes, que va calando en la conciencia de nuestro pueblo: "Uds. están en la obligación de hacer saber a los pueblos de América Latina que entre nosotros no deben haber fronteras. Pues la Patria Indo hispánica comienza en el Río Bravo y termina en los confines de la Patagonia".
Sandino tiene muchas cosas que continuar comunicándonos. Esperamos en próximos artículos desarrollar elementos importantes su legado histórico. También me parece bueno comunicar el 'Manifiesto de San Albino, por Augusto C. Sandino'.

* Colaborador de Adital. Educador nicaragüense. Analista político.

Venezuela: escenarios posibles

El proverbio dice que la ocasión es como el fierro y que hay que golpearla mientras está caliente. La victoria electoral, por consiguiente, debe ser base para nuevas definiciones: se ganó una batalla menor, en el terreno más conveniente para la revolución bolivariana, pero la guerra sigue, más encarnizada que nunca, y no se debe permitir la reorganización del enemigo ni la dispersión de las propias fuerzas.
Guillermo Almeyra / LA JORNADA
El triunfo electoral de Hugo Chávez, con un millón de votos de diferencia, fortalece a su gobierno en el plano nacional e internacional. Sin embargo, ni el imperialismo ni los opositores de la derecha recalcitrante cejarán en la lucha por derribarlo. Estudiar, por tanto, los distintos escenarios posibles, es ejercicio necesario.
Toda la derecha y los sectores conservadores esta vez se unieron en el No, un solo punto claro y simple, y aun así perdieron. De modo que, salvo catástrofes sociales imprevistas que rompan la alianza entre el gobierno y los sectores populares mayoritarios, es evidente que en las elecciones siguientes (para la Asamblea Nacional, para la elección presidencial) lo más probable es que se repita en las urnas el triunfo gubernamental frente a una derecha que estará más dividida del centro derecha.
Si el éxito obtenido ha significado para el gobierno el reforzamiento –para bien y para mal– de la tendencia centrípeta; para la oposición, por el contrario, fortaleció las tendencias centrífugas; o sea que en el seno de la actual oposición surgirán más claramente posiciones de adaptación a esta realidad, líneas conciliadoras, grupos que, por desmoralización u oportunismo, tenderán puentes hacia el gobierno chavista. Los sectores opositores más duros, por el contrario, sacarán una conclusión opuesta. Y, al ver que por la vía de las urnas el camino al gobierno está cerrado, recurrirán a las vías extralegales, es decir, a la conspiración, los preparativos de levantamientos cívico-militares, la compra de militares y de altos funcionarios, e incluso los atentados contra Chávez, con ayuda de las trasnacionales y, sobre todo, de la diplomacia estadunidense.
Los distintos sectores del gobierno, con la victoria en el referendo, han reforzado, por su parte, su unidad y su posición. Pero precisamente este hecho podría llevar a algunos a buscar lazos con los opositores más llevados a la conciliación. Esto es lógico y necesario (conviene dividir más al bloque opositor). Pero, dada la composición de clase y las similitudes en la visión del mundo y en las afinidades ideológicas que existen entre la derecha del aparato gubernamental chavista y el centroderecha, se corre el riesgo de que se borren las fronteras entre los que, de una u otra manera, se llaman bolivarianos, y los opositores más o menos conciliadores o democráticos.
Éstos, de uno u otro modo –o siendo cooptados o formando la opinión política y social de la derecha chavista militar o civil– lograrían carta de ciudadanía política entre los bolivarianos moderados y meterían una importante cuña ideológica en el aparato chavista. Sobre todo porque el chavismo no ha definido aún si se apoya en la organización y los poderes populares (misiones, barrio adentro, municipios) esencialmente para que el aparato estatal centralizado y vertical tenga mayor margen de maniobra frente a los empresarios bolivarianos a los que busca privilegiar y desarrollar o si, por el contrario, quiere dar un protagonismo en la construcción de un sistema social alternativo a los trabajadores y sus gérmenes de poder.
Porque, en un Estado con fuerte centralización y verticalismo, que se apoya en el ejército y que practica una economía capitalista de Estado, la primera opción conduce al aumento de la dominación capitalista sobre los oprimidos y explotados y, por tanto, favorece la construcción de un bloque conservador entre la boliburguesía y las clases medias asustadas por la crisis económica y social, mientras la segunda lleva, por el contrario, a desarrollar la creatividad y la independencia política del pueblo venezolano, a unir horizontalmente las experiencias de democracia directa, a descentralizar el Estado y debilitarlo como aparato, a desarrollar experiencias productivas alternativas y autogestionarias en el territorio, reforzando la revolución.
Ahora bien, la opción entre ambas vías debe hacerse ahora, ya mismo, porque la crisis mundial reducirá el consumo energético y, por tanto, el precio del petróleo venezolano y el número de barriles de crudo exportados, porque la desocupación crecerá y se achicarán las reservas en divisas y, además, se reducirán los salarios reales y aumentará la pobreza. La boliburguesía lucra con los negocios, con la corrupción, con la fuga de divisas y las importaciones de lujo. O sea, con todo lo que hay que impedir si se quiere una verdadera revolución y privilegiar el mercado interno y los consumos esenciales. Y la renta extraordinaria del petróleo ya no alcanza para asegurar lo necesario para el desarrollo social, hacer una política internacional solidaria y, además, mantener el lujo, la corrupción, el despilfarro.
Un viraje conciliador hacia los sectores burgueses y conservadores conlleva implícitamente una política de distribución de los ingresos favorables a los enemigos de la revolución bolivariana. Un fortalecimiento de las experiencias de autorganización y de autogestión, y de los organismos del poder popular, además de aumentar el peso de los mismos en el bloque político que da base al gobierno, reforzaría el desarrollo nacional, la producción, el consumo, el control del modo en que se gasta cada dólar, la responsabilidad política de cada uno, que comenzaría así a ser ciudadano y no mero objeto pasivo de decisiones de un aparato superior y ajeno.
El proverbio dice que la ocasión es como el fierro y que hay que golpearla mientras está caliente. La victoria electoral, por consiguiente, debe ser base para nuevas definiciones: se ganó una batalla menor, en el terreno más conveniente para la revolución bolivariana, pero la guerra sigue, más encarnizada que nunca, y no se debe permitir la reorganización del enemigo ni la dispersión de las propias fuerzas.

Comunicado del Comité por el Cambio en El Salvador-México.

El pasado 18 de enero se desarrolló la primera parte del proceso electoral en El Salvador que tenía como objetivo las alcaldías y las diputaciones a nivel nacional; en cierta medida los resultados de éstas definen el terreno en el se jugarán las elecciones presidenciales, e incluso, en el cual gobernará el ejecutivo entrante.

Con el objetivo de tener una postura clara y a la vez abierta sobre el resultado de estas elecciones, el Comité ha valorado las opiniones de sus integrantes así como notas periodísticas, cifras oficiales y declaraciones de los partidos competidores. En ese sentido, consideramos que es necesario resaltar los aspectos positivos y los negativos por igual, sin inclinar la balanza hacia algún lado y perder de vista la óptica política que encabeza cualquier resultado electoral.
En cuanto a los resultados favorables para la izquierda representada en el FMLN, destaca que obtuvo la mayor cantidad de votos a nivel de diputados (943,936) y a nivel de alcaldías (886,161) En el primer nivel aventajó al principal partido de la derecha representada por ARENA en 89,770 votos, y en el segundo en 18,888 votos. En cuanto a las diputaciones, de un total de 84 el FMLN obtuvo 35 (tres más que en la elección pasada) frente a ARENA que obtuvo 32. Este es un primer cambio positivo respecto a elecciones anteriores, que se refuerza con los triunfos obtenidos a nivel municipal. En 10 de los municipios más poblados del Área Metropolitana de San Salvador, en cinco cabeceras departamentales (Santa Ana, Zacatecoluca, La Unión, Usulután y La Libertad) y en los tres puertos del país gobernará el FMLN.
Lo anterior indica que en términos numéricos el FMLN se ha convertido en la principal fuerza política y que se encontrará gobernando espacios territoriales estratégicos del territorio salvadoreño. Sin embargo ARENA continúa aventajando al FMLN en el número de alcaldías que controla, 120 frente a95, de un total de 262 municipios. Además, este último no logró retener la alcaldía de la capital del país, San Salvador, que tiene un peso simbólico fundamental.
Por otro lado, es necesario tomar en cuenta que ningún partido alcanzó la mayoría simple en la Asamblea Legislativa y que está por definirse hacia qué polo se inclinará la balanza a través del juego de alianzas que el FMLN y ARENA armen con los otros partidos: PCN (derecha, 11 diputados y 33 gobiernos municipales), PDC (centroderecha, 5 diputados y 9 alcaldías), y CD (1 diputado). Esta situación disminuye el margen de maniobra que tendrá el presidente y partido electo el próximo 15 de marzo e indica que de ahora en adelante, las estrategias de campaña estarán dirigidas a la construcción de alianzas del más variado tipo.
También queremos expresar lo que consideramos son los retos principales de la segunda fase del proceso electoral:
En primer lugar, nuestra preocupación por los diversos mecanismos de fraude utilizados por ARENA que incluyen el acarreo pagado de personas y sobre todo la introducción de extranjeros con documentos falsos. El hecho de que este partido se haya apropiado inconstitucionalmente del registro electoral le permite conocer y modificar a su favor las listas de votantes en cada casilla. Esto demuestra la falta de voluntad de este partido para asumir las decisiones políticas del pueblo salvadoreño, a la vez que indica la posibilidad de escenarios conflictivos en la próxima elección. Frente a ello la tarea de observar las elecciones requiere un alto nivel de compromiso y precisión. En segundo lugar, consideramos preocupante la clara tendencia hacia la derecha que manifiestan los medios masivos de comunicación favoreciendo con ello a ARENA y contribuyendo a la campaña de terror impulsada por este partido. En contraposición, las organizaciones y medios informativos que han denunciado las irregularidades han tenido muy poca cobertura.
Esta es la postura del Comité y esperamos que sea lo suficientemente clara como para transmitir los matices que son característicos de un proceso electoral como éste.
Atentamente,
Comité por el Cambio en El Salvador-México

¿Desde dónde se gobierna?

Desde la partida de la Marina es difícil precisar desde qué centro del poder imperial se formula la política sobre Puerto Rico. Dentro de las estructuras jurídicas y políticas de Estados Unidos es sabido que es el Congreso el que ejerce la autoridad sobre los territorios. Pero todos sabemos que, fuera de los tres boricuas congresistas, a nadie más de los 532 restantes le importa Puerto Rico más allá de un sitio donde recaudar dinero para sus campañas.
Carlos Gallisá / Semanario Claridad
Hace unos días un amigo me preguntaba, desde qué centro de poder en Washington se formulaba la política hacia Puerto Rico y se gobierna la colonia día a día. La respuesta es larga.
En la época en que el colonialismo imperaba en el mundo, las potencias coloniales tenían como norma tener una dependencia o agencia de gobierno a través de la cual se canalizaba la política y la relación diaria con las colonias. Inglaterra, por ejemplo, no tenía empacho alguno en admitir tener colonias bajo su dominio y en su estructura gubernamental contaba con un ministerio de colonias para ejercer su gobierno sobre ellas.
Estados Unidos, luego de adquirir colonias en la Guerra Hispanoamericana le encomendó la administración de las mismas al entonces llamado Departamento de Guerra, hoy conocido como Departamento de Defensa. Esto explica por qué Puerto Rico, como botín de guerra, tuviera un gobierno militar los primeros dos años siguientes a la invasión. Con la aprobación de la Ley Foraker en 1900 y el establecimiento de un gobierno civil, el Departamento de Guerra continuó a cargo de supervisar la administración de la colonia puertorriqueña. Esto fue así hasta 1934 en que el Departamento de lo Interior asume la responsabilidad sobre la Isla y se manejan los asuntos puertorriqueños por su División de Territorios y Posesiones la que juega un papel importante en la política puertorriqueña de la década de los treinta bajo la dirección de Ernest Gruening.
Hay que anotar que desde 1900 hasta 1909 la administración colonial de Puerto Rico estuvo a cargo de un negociado en el Departamento de Guerra llamado “Bureau of Insular Affairs”. En el 1909, la administración del presidente William Howard Taft, temerosa ante las confrontaciones del Partido Unión con los gobernadores coloniales, coloca a Puerto Rico nuevamente bajo la jurisdicción del ejército. La Cámara de Delegados Unionistas se había negado en 1909 a aprobar el presupuesto sometido por el gobernador George Radcliffe Colton, y antes a celebrar la llegada de los americanos el 25 de julio. Había un despertar de un sentimiento independentista que Washington sentía como una impugnación a su dominio sobre la Isla.
En el 1934, Washington vuelve a sentir el mismo temor ante el reto de Pedro Albizu Campos y los nacionalistas. Esta vez, aunque Puerto Rico sigue bajo el Departamento de lo Interior, se nombran dos militares para dirigir el país, Blanton C. Winship a la gobernación y Elisha Francis Riggs a la policía. La confrontación con el nacionalismo y Pedro Albizu Campos se habría de dar en el plano militar y policíaco.
Pero algo estaba muy claro en los años treinta, Puerto Rico se dirigía desde el Departamento de lo Interior y la presidencia de Estados Unidos. Resulta sorprendente, a la luz de la experiencia de las últimas cuatro décadas, cuán involucrado estaba el presidente Roosevelt en los asuntos puertorriqueños y su conocimiento de la política local. La necesidad de mantener la paz en la Isla dado su valor estratégico-militar y la inevitable entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial explica la supervisión estrecha de Roosevelt de los asuntos isleños. Ello explica también la represión, el encarcelamiento de Albizu y el respaldo de Wáshington a Luis Muñoz Marín.
A partir de la entrada de Estados Unidos en la guerra es la Marina quien sin designación oficial tiene la última palabra en la política estadounidense sobre Puerto Rico. El nombramiento del almirante William D. Leahy como gobernadoren 1939, la designación de Puerto Rico como distrito naval, la base de Isla Grande, el dragado de la bahía de San Juan, la construcción de Roosevelt Roads y el acaparamiento de tierras en Culebra y Vieques, no deja dudas de que la Marina es el centro de poder donde se traza la política sobre Puerto Rico. Es harto conocido que la legislación para el gobernador electivo a mediados de los cuarenta se detuvo en el Congreso por la Marina hasta tanto el gobierno Popular le entregara nuevamente todas las tierras que le había “devuelto” en Vieques al terminar la guerra.
En el año 1961 Muñoz Marín obtuvo del presidente Kennedy la aprobación para sacar a Puerto Rico del Departamento de lo Interior y pasar la Isla bajo la jurisdicción de la Casa Blanca. La medida iba dirigida a darle al Estado Libre Asociado (ELA) un trato distinto a los territorios y posesiones que se administran desde el Departamento de lo Interior. El cambio, sin embargo, no afectó en lo más mínimo el poder de la Marina sobre Puerto Rico, como lo evidencia el fracaso de los intentos de Muñoz con Kennedy para desarrollar el ELA, fracaso que se atribuye al sabotaje de la Marina a aquellas conversaciones.
Bajo la presidencia de Bill Clinton en los años noventa se intenta por primera vez desde los años sesenta de Kennedy que la Casa Blanca tome control sobre el destino político de Puerto Rico con el nombramiento de una comisión interagencial que estudie y timonée el caso puertorriqueño hacia una solución. Los resultados son conocidos. Un tal Rubén Barrales rindió un informe a nombre de un comité que nunca se reunió y nadie le hizo caso excepto la cúpula de los partidos coloniales en la Isla.
En el año 2003, la Marina abandona Vieques, cierra Roosevelt Roads y sale de Puerto Rico luego de que el último Bush, como comandante en jefe, dijera “Our neighbors down there do not want us”. Desde la partida de la Marina es difícil precisar desde qué centro del poder imperial se formula la política sobre Puerto Rico. Dentro de las estructuras jurídicas y políticas de Estados Unidos es sabido que es el Congreso el que ejerce la autoridad sobre los territorios. Pero todos sabemos que, fuera de los tres boricuas congresistas, a nadie más de los 532 restantes le importa Puerto Rico más allá de un sitio donde recaudar dinero para sus campañas. En el Ejecutivo el interés es ninguno.
Ante el vacío de un centro de mando en el imperio, la Isla ha caído en las manos de la oficina del FBI en San Juan, la fiscalía federal y los jueces federales activistas políticos. Hace poco uno de estos jueces clasificó a Puerto Rico como territorio incorporado, otro, pretendió alterar el resultado de las elecciones del 2004, y un tercero “revocó” al Supremo de Estados Unidos otorgándole el voto para Presidente de Estados Unidos a los puertorriqueños.
El FBI, por otro lado, no tiene frenos ni límites. Entra al Capitolio y toma posesión de oficinas y documentos sin responder a nadie. Investiga, arresta y allana casas en un ejercicio de poder con estilos de guapetón de barrio. Y detrás del FBI los fiscales federales citando y llevando gente al gran jurado en conducta intimidante y con la arrogancia de quien se ha autodesignado como autoridad suprema.
Por lo tanto, ante la pregunta, ¿desde qué centro de poder del imperio se dirige a Puerto Rico?, la respuesta es clara: desde ninguno. No obstante, ante el vacío dejado por Wáshington, en la calle Chardón unos colonizados con membrete federal pretenden gobernar.

Obama reafirma promesa de renegociar TLCAN

Para los sectores que se oponen a la desigualdad del neoliberalismo, éste es el momento para activar vigorosamente las campañas trinacionales en pro de la renegociación del TLCAN y de imponer una moratoria en nuevos acuerdos de libre comercio. Ésta es una oportunidad histórica para cambiar el rumbo en la crisis.
Laura Carlsen /www.ircamericas.org
La visita de cortesía el 12 de enero entre el entonces presidente electo Barack Obama y el presidente mexicano Felipe Calderón resultó ser más reveladora de lo que se anticipaba. La declaración del secretario de Prensa, Robert Gibbs, dejó claro que la intención de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no quedará entre meras promesas de campaña.
Dijo Gibbs: "(El presidente-electo Obama) expresó que su compromiso sigue en pie para mejorar el TLCAN fortaleciendo las estipulaciones laborales y ambientales para reflejar los valores compartidos ampliamente en ambos países, y propuso la creación de un grupo consultivo para trabajar en una serie de asuntos que son importantes para Estados Unidos y México, incluyendo el TLCAN, la energía y la infraestructura".
El compromiso de Obama de renegociar el tratado viene tras un cambio perceptible en la opinión pública. Una encuesta nacional de Rasmussen de junio de 2008 mostró que 56 por ciento de la población estadounidense está a favor de la renegociación. Los ataques al TLCAN durante las campañas probaron que las demandas para revisar el modelo de libre comercio han llegado a una masa crítica en Estados Unidos y la crisis económica ha dado más envergadura a esas demandas.
¿Qué se puede esperar de Obama?
Obama está lejos de ser un opositor al sistema neoliberal en sí; sin embargo, el fracaso del sistema y las medidas anti-crisis ponen en entredicho la fe ciega de antaño. El colapso del sector financiero implica la necesidad de una estrategia de reconversión para "la economía real"; es decir, para la capacidad productiva de Estados Unidos. Ello va a exigir darle un vistazo crítico al TLCAN.
Por otro lado, los consejeros económicos de Obama encabezados por Larry Summers y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, así como la selección de Ron Kirk,—un ex alcalde de Dallas quien nombró su ciudad "la capital del TLCAN"—como representante de Comercio de Estados Unidos, parecen indicar un compromiso de apego al status quo en materia de comercio. Hilda Solis, la secretaria de Trabajo, es la única voz que ha sido crítica del neoliberalismo. Como representante de comunidades latinas, ella también comprende la necesidad de lograr que el TLCAN sea justo para los trabajadores mexicanos.
Ahora la pregunta es: ¿cómo quiere renegociar?
Es posible que Obama sólo busque aplicar las medidas establecidas en la plataforma del Partido Demócrata sobre el comercio, lo cual implicaría meter los acuerdos laborales y ambientales en el texto del TLCAN, añadir los estándares básicos de la Organización Mundial del Trabajo y crear un programa más amplio en Estados Unidos para ayudar a los que han perdido su trabajo. Obama apoyó el tratado de libre comercio entre su país y Perú, el cual fue modificado de esta forma.
Por otra parte, Obama ha hablado del problema de las importaciones en el campo mexicano pero no en el contexto concreto de la renegociación.
Sin embargo, con la crisis económica se han puesto sobre la mesa nuevos temas, previamente intocables: mayores controles, vigilancia y reglamentación de las empresas trasnacionales; más espacio para un papel activo del Estado en la economía; la necesidad de protección a sectores vulnerables y estratégicos, y políticas de fomento. Estos cambios contradicen el espíritu y en muchos casos la letra de los tratados de libre comercio y destacan la incapacidad del mercado para resolver la crisis que causó.
Revisar y rehacer: Los ciudadanos se organizan para la renegociación. En los tres países existen grandes sectores de la población que exigen y se movilizan para modificar el tratado. En Canadá crece la demanda para proteger los recursos naturales de las cláusulas predatorias del TLCAN. Las encuestas en la población general muestran que 61 por ciento está a favor de la renegociación.
En México, después de dos grandes movilizaciones campesinas para exigir la renegociación (enero de 2003 y 2008), se preparan más actividades frente a la crisis provocada por la última fase de apertura el año pasado. En medio del colapso de la producción lechera frente a las importaciones, las organizaciones de productores agrícolas demandan la protección de alimentos básicos; piden que éstos salgan del acuerdo comercial.
Para Estados Unidos se presenta un panorama complicado para la renegociación porque la oposición al TLCAN se divide en un sector que culpa a México por la erosión de la economía y el empleo, y otro que ubica el problema en la globalización de la producción y los mercados que privilegia a las grandes empresas. Las prioridades ampliamente compartidas para la renegociación son:
- Eliminar el Capítulo 11.
- Eliminar la cláusula de proporcionalidad de energía entre Estados Unidos y Canadá y excluir la comercialización del agua.
- Sacar del TLCAN los alimentos básicos para asegurar el acceso a ellos y garantizar su calidad y para conservar el trabajo rural.
- Permitir que los gobiernos recuperen las herramientas de desarrollo y de política social que han sido suprimidas por las reglas de competencia, y
- Darle fin a la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN).
Para los sectores que se oponen a la desigualdad del neoliberalismo, éste es el momento para activar vigorosamente las campañas trinacionales en pro de la renegociación del TLCAN y de imponer una moratoria en nuevos acuerdos de libre comercio. Ésta es una oportunidad histórica para cambiar el rumbo en la crisis.
Laura Carlsen (lcarlsen(a)ciponline.org) es la directora del Programa de las Américas (www.ircamericas.org) del Center for International Policy.

Nuevos valores para una nueva civilización

Sin utopías no hay movilizaciones motivadas por la esperanza, ni posibilidad de visualizar un mundo diferente, nuevo y mejor.
Frei Betto / LA VENTANA
En el Foro Social Mundial de Belém, se concluyó que las alternativas al neoliberalismo y a la construcción del ecosocialismo no se engendran en la cabeza de los intelectuales o de programas partidarios, sino en la práctica social, a través de luchas populares, movimientos sindicales, campesinos, indígenas, étnicos, ambientalistas y comunidades de base. Para gestar tales alternativas se exigen al menos cuatro actitudes.
La primera, una visión crítica del neoliberalismo. Éste profundiza las contradicciones del capitalismo, en la medida en que la expansión globalizada del mercado estimula la competitividad comercial entre las grandes potencias; desplaza la producción hacia regiones donde se puedan pagar salarios irrisorios; estimula el éxodo de las naciones pobres hacia las ricas; introduce tecnología de punta que reduce los puestos de trabajo; vuelve a las naciones dependientes del capital especulativo; e intensifica el proceso de destrucción del equilibrio ambiental del planeta.
La segunda actitud: organizar la esperanza. Encontrar alternativas es un trabajo colectivo, puesto que no surgen de la cabeza de intelectuales iluminados o de gurús ideológicos. De ahí la importancia de dar consistencia organizativa a todos los sectores de la sociedad que esperan otra cosa diferente de lo que se ve en la realidad actual, desde agricultores que sueñan con trabajar su propia tierra a jóvenes interesados en la preservación del medio ambiente.
La tercera actitud es rescatar la utopía: el neoliberalismo no trata solamente de destruir las instancias comunitarias creadas por la modernidad, como la familia, el sindicato, los movimientos sociales y el Estado democrático. Su proyecto de atomización de la sociedad reduce la persona a la condición de individuo desconectado de la coyuntura socio-política-económica en la cual se inserta, y lo considera mero consumidor. Por lo mismo se extiende también a la esfera cultural. Como diría Emmanuel Mounier, el individualismo es opuesto al personalismo. Pascal fue enfático: “El Yo es odioso”.
En su apogeo el capitalismo lo mercantiliza todo: la biodiversidad, el medio ambiente, la responsabilidad social de las empresas, el genoma, los órganos arrancados a los niños, etc., y hasta nuestro mismo imaginario. Un ejemplo trivial es lo que se gasta en la compra de agua potable envasada industrialmente, dejando de lado el viejo y buen filtro de cerámica o incluso la recogida del agua limpísima de lluvia después de un minuto de precipitación.
Sin utopías no hay movilizaciones motivadas por la esperanza, ni posibilidad de visualizar un mundo diferente, nuevo y mejor.
Cuarta actitud: elaborar un proyecto alternativo. La esperanza favorece la emergencia de nuevas utopías, que deben ser traducidas a proyectos políticos y culturales que señalen las bases de una nueva sociedad, eso implica el rescate de los valores éticos, del sentido de justicia, de las prácticas de solidaridad y compartimiento, y del respeto a la naturaleza, en suma, se trata de un desafío también de orden espiritual, en la línea de lo que pregonaba el profesor Milton Santos, de que debemos priorizar los “bienes infinitos” y no los “bienes finitos”.
El proyecto de una sociedad ecosocialista alternativa al neoliberalismo exige revisar, después de la caída del muro de Berlín, los aspectos teóricos y prácticos del socialismo real, sobre todo desde el punto de vista de la democracia participativa y de la preservación ambiental.
El ecosocialismo se caracterizaría por la capacidad de incorporar el concepto y las prácticas de igualdad social y desarrollo sustentable a partir de experiencias de los movimientos sociales y ecológicos, así como de la revolución cubana, del levantamiento zapatista de Chiapas, de los asentamientos del MST, etc.
Es vital incluir en el proyecto y en el programa los paradigmas emergentes actuales, como ecología, indigenismo, ética comunitaria, economía solidaria, espiritualidad, feminismo y holística.
Este sueño, esta utopía, esta esperanza que llamamos ecosocialismo no es sino la continuación de las esperanzas de aquellos que lucharon por la defensa de la vida como Chico Mendes y Dorothy Stang, dos luchadores cristianos que dieron sus vidas por la causa de los pobres, de los explotados, de los indígenas, de los trabajadores de la tierra y de los pueblos de la selva.

La libertad como destino. El republicanismo socialista de Raúl Roa García.

Este texto da cuenta de la tragedia de una ausencia: el hecho de no haber estudiado ni haber conseguido traer al presente la reflexión política de Raúl Roa. El marxismo y el pensamiento revolucionario cubanos han desatendido así uno de sus desarrollos sólidos y, sobre todo, han perdido hilo de una de sus fuentes: el republicanismo socialista, y con ello un tipo específico de confluencia entre la filosofía democrática y el ideal marxista de la emancipación humana.

Julio César Guanche / REVISTA CALIBAN

Para Ernesto Marrero, en un largo y ancho país

Raúl Roa García ostenta en la historia cubana el abolengo de ser, al mismo tiempo, el “tipo más simpático” de la generación cubana de los años 30 del siglo XX y el “Canciller de la dignidad”. Su lengua, fuente de imágenes que califican entre las más insólitas acaso de todo el siglo, merece el privilegio de figurar entre las campeonas de los torneos verbales de la historia universal contra la infamia. Ciertamente, Roa no inventó ese lenguaje —mezcla de sintaxis latina con erudición de arrabal, folklore campesino, tambor de ñáñigo y dialecto de New York— pero parece ser uno de los escogidos para causar en el mundo el espanto de los seres “de bien”.
Desde muy joven, otro de su estirpe, Pablo de la Torriente, trazó el retrato de su carácter: “Y, sobre todo, Raúl Roa, enfermo desde mañana antes de declarar la huelga [de hambre], convertido en una línea ho­rizontal rodeada de pellejo y llena de un pelo tumultuoso en la cabeza que demostró tener el espíritu más firme que pudiera imaginarse. Raúl Roa es un hombre”.
No obstante, no es esta la única dignidad que puede interesar en Roa. La montaña de anécdotas que recorre su vida sepulta otra condición excelsa de su personalidad: la de ser uno de los pensadores —y escritores— cubanos más lúcidos de ese siglo.
No es una boutade referirse a Raúl Roa como “figura desconocida”. Canciller de la Revolución desde 1959, es, por razones sobradas, conocido como “Canciller de la Dignidad”. Ahora bien, este trabajo no es la crónica del extraordinario sentido del humor de Roa, ni del hombre erguido en la tribuna, sino un examen del pensamiento del Roa que carecía de ella. Se trata del militante político anterior a 1959: el hombre derrotado tras la Revolución del 30, el representante del radicalismo revolucionario durante el auge y esplendor del reformismo progresista, el profesor universitario sin más poder que el hecho de presentar su renuncia; el que gozó de la rara suerte de los sobrevivientes, de los que dudan cada mañana si aún permanecen vivos o son cadáveres habitantes de cuerpos ajenos, el que sostuvo las posiciones ganadas en su juventud y pensó el marxismo como una cultura de la libertad en medio de las circunstancias del New Deal y la Guerra Fría.
Este es el período en que Roa elabora la mayoría de sus obras de reflexión. Por supuesto, sus discursos como ministro de Relaciones Exteriores, así como los textos que escribió hasta su muerte en 1982, son imprescindibles para conocer el carácter de la ideología revolucionaria cubana y las conflictividades por las que atravesó en las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, pero este ensayo se concentra en recuperar un cuerpo hoy desconocido de su saber, indagar en las causas de este hecho, y, sobre todo, reconstruir su discurso no solo como una de las corrientes de la Revolución de 1959, sino como reservorio de ideas para proyectos del socialismo cubano en el siglo XXI.
Para comprender las causas de la escasa presencia del pensamiento de Roa en la configuración ideológica del presente cubano pareciera bastar con leer sus libros, pero en rigor es necesario remitirse a los contextos configurados en el país tras 1959. Con todo, para poder estudiar sus obras, encontramos primero un problema fáctico: de la serie compuesta por Bufa Subversiva, Historia de las doctrinas sociales, 15 años después, Mis Oposiciones, Viento Sur, Variaciones sobre el espíritu de nuestro tiempo, En pie, Escaramuza en las vísperas y Retorno a la alborada solo han sido reeditados los dos primeros, a más de seis décadas de su aparición, amén del tomo La Revolución del 30 se fue a bolina, varias veces reimpreso. Pero esa es solo una de las razones de la dificultad para estudiar sus ideas. A su vez, ella misma está comprendida dentro de otra de orden mayor: el discurso político de Roa transita por rumbos teóricos diversos a los que resultaron centrales en la configuración de la ideología socialista cubana posterior a los años sesenta del siglo pasado. Estas son algunas de las pruebas: a) su concepto del marxismo, b) su juicio sobre el socialismo soviético, c) su opción socialista por el programa político del republicanismo y, d) la concepción de Roa sobre el Estado en el socialismo.
Este texto da cuenta de la tragedia de una ausencia: el hecho de no haber estudiado ni haber conseguido traer al presente la reflexión política de Raúl Roa. El marxismo y el pensamiento revolucionario cubanos han desatendido así uno de sus desarrollos sólidos y, sobre todo, han perdido hilo de una de sus fuentes: el republicanismo socialista, y con ello un tipo específico de confluencia entre la filosofía democrática y el ideal marxista de la emancipación humana. Leer más...

jueves, 19 de febrero de 2009

Evo en París

El Presidente de Bolivia ofreció el pasado martes una conferencia en el Instituto de Estudios Políticos. No faltaron las sorpresas, las aparentes contradicciones y hasta una cierta decepción entre l@s estudiantes franceses, especialmente cuando el mandatario declaró que “en un tiempo, quizás Bolivia se parecerá a Suiza”. A continuación, una crónica-testimonio desde París.
Fanny Pineau* / Especial para Con Nuestra América
París, 17 de febrero -. Evo Morales, presidente de la República de Bolivia, concluyó su viaje a Rusia y Francia con una conferencia en el Instituto de Estudios Políticos (IEP) de París. La embajada de Bolivia invitó a los bolivianos y bolivianas residentes en Francia, así como a personalidades políticas, entre ellas Danielle Mitterrand, a quien el mandatario calificó de “amiga” desde su primera visita a Francia en 1989, con motivo de una campaña internacional por la defensa de la hoja de coca.
Además, estuvieron presentes los afortunados estudiantes del IEP y del vecino Instituto de Altos Estudios Latinoamericanos (IHEAL) de la Sorbonne Nouvelle, que tuvieron tiempo de inscribirse al evento.
Los estudiantes fuimos convocados para las 7:00 pm, en la sede del IEP (calle St Guillaumme, perpendicular al burgués boulevard St. Germain). Al llegar, fue sorprendente constatar el enorme despliegue policial: tres camiones de la policía de París cercaban la estrecha calle, y el dispositivo de seguridad del instituto filtraba dos veces las entradas con una lista de invitados.
Frente al edificio, y mientras esperábamos el inicio de la conferencia, crecía el entusiasmo de los estudiantes franceses y latinoamericanos por ver y escuchar al popular Presidente boliviano. Las conversaciones giraban alrededor de la actualidad política de Bolivia; los cuestionamientos al hecho de que los medios no prestaran gran atención a la visita de Evo a Francia y, por supuesto, se comentaban las últimas acciones de los estudiantes movilizados en huelga contra la reforma de la enseñanza superior, impulsada por el presidente Nicolás Sarkozy.
Media hora más tarde, esa emoción se convirtió en decepción: el primer piso del anfiteatro fue reservado para los invitados de la embajada y los balcones se llenaron demasiado rápido, por lo que el resto de los estudiantes fuimos invitados a pasar a otra sala del tercer piso, donde el evento fue retransmitido en videoconferencia y con traducción simultánea al francés.
¡Qué decepción! No pude ver en persona a Evo Morales, tampoco escucharlo en directo y nadie pudo hacerle preguntas, porque se fue deprisa para no perder su vuelo de retorno a Bolivia.
No obstante, tuvimos el privilegio de escuchar casi una hora el discurso del Presidente. Relató su evolución política, el paso “de una lucha social y sindical a una lucha electoral” para “la liberación y la transformación profunda” de Bolivia. Además, insistió en el papel fundamental de los movimientos sociales e indígenas hoy en Bolivia y en Latinoamérica, para la construcción de la democracia y “la lucha frente a grupos que no quieren igualdad y justicia”.
Comentó su expulsión del Parlamento boliviano en 2002, calificándola como un acto propiciado por “la mafia más grande del Estado” y señalando el involucramiento de Estados Unidos en los asuntos políticos de Bolivia.
Por otra parte, Evo Morales se refirió a las dificultades encontradas para la aprobación de la nueva Constitución del Estado y el tema de las autonomías, especialmente en una sociedad dividida y racista que lo calificó de “indio rebelde”.
Con humor, nos dijo: “Dios ha perdido”, en referencia a la alianza entre la Iglesia y la oligarquía boliviana a favor de la campaña del No durante el referéndum de la nueva Carta Magna.
Proclamó el derecho al agua, a la electricidad y la comunicación) como derechos humanos, y por ende, que deben ser de servicio público, tal como lo garantiza la nueva Constitución.
Pero, a pesar de que reiteró su voluntad de llevar a cabo una “lucha anticolonial, anticapitalista y antiimperialista de manera democrática”, el Presidente boliviano nos explicó que ese día en Francia visitó al grupo industrial de Vincent Bolloré, amigo de Sarkozy y gran empresario, muy criticado por la izquierda francesa.
Esta visita se debe al proyecto de colaboración industrial y técnica para la explotación del Salar de Uyuni, una riqueza de 15 000 kilómetros cuadrados que podría servir para la fabricación de baterías de litio necesarias para automóviles eléctricos de nueva generación, es decir, con más autonomía de los combustibles fósiles y más ligeros.
No puedo esconderles que esa posible colaboración (Evo Morales afirmó que reflexionará sobre un acuerdo), y la declaración de que “en un tiempo, quizás Bolivia se parecerá a Suiza”, sorprendieron y decepcionaron a parte de los estudiantes presentes, quienes idealizan al personaje y tienden a olvidar las contradicciones propias de cualquier proyecto político, así como las presiones nacionales e internacionales que impiden que Bolivia se aparte del modelo de desarrollo capitalista.
Aquí está el dilema de la izquierda radical de América Latina: seguir en el sistema dominante, u optar por construir, realmente, una nueva alternativa de desarrollo poscapitalista y posneoliberal.

*La autora es estudiante francesa del Instituto de Altos Estudios Latinoamericanos (IHEAL) de la Sorbonne Nouvelle, París. Además, cursó la Maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Costa Rica.

lunes, 16 de febrero de 2009

Profundizando la democracia

La cláusula aprobada ayer (domingo) en Venezuela es la contrapartida de otra, profundamente democrática también, que le otorga a la ciudadanía la capacidad para desalojar de su cargo a quien mal se desempeñe en el mismo. Esta cláusula revocatoria es un arma formidable que la Constitución Bolivariana puso en manos del pueblo; pero todavía no le ofrecía la necesaria contraparte: la capacidad para reelegir a quien había gobernado bien. Esa paradoja constitucional ha sido resuelta y ahora tiene esa capacidad, con lo cual la democracia bolivariana adquiere una densidad y una profundidad casi sin parangón en el concierto mundial.
Atilio A. Boron * / Página12
La enmienda constitucional que el pueblo venezolano aprobó ayer puso en evidencia la desesperación de los adversarios, de adentro y de afuera, de la Revolución Bolivariana. Son conscientes de que la consolidación del liderazgo de Chávez y la continuidad de su proyecto afianzarán el fiel de la balanza política regional en el espacio de la izquierda, y eso es una muy mala noticia para el imperio.
Si hay alguien que tiene capacidad para percibir los significados históricos de estas cosas es Fidel. Y en su Reflexión del 13 de febrero escribió que “nuestro futuro es inseparable de lo que ocurra el próximo domingo. El destino de los pueblos de ‘Nuestra América’ dependerá mucho de esa victoria y será un hecho que influirá en el resto del planeta”. Es precisamente por eso que la voz de orden de la derecha imperial es desembarazarse de Chávez lo antes posible. Si se puede por la vía institucional, bien; si no, deberá recurrirse a los métodos tradicionales que la CIA conoce a la perfección. Recordemos que la legislación estadounidense faculta al presidente a ordenar el asesinato de un mandatario extranjero, o la tortura a prisioneros, en caso de que la seguridad nacional del país se vea amenazada por tan temibles sujetos.
Esta es la clave que permite entender la feroz agresividad en contra de la figura de Chávez y la campaña en contra de la enmienda constitucional. Y las innumerables provocaciones que continuamente lo acosan. La última, un par de días atrás, a cargo del eurodiputado por el Partido Popular, Luis Herrero, quien llegó a Caracas en calidad de “observador” del referéndum y al rato se inmiscuyó en la política interna venezolana al aconsejar a los electores que no se amedrentaran ante “un dictador” como Chávez. Herrero cometió una grosería que lo descalifica de su pretendido papel de “observador” y que lo desenmascara por completo: es un provocador profesional que pertenece al partido que agrupa a la derecha más cavernícola de España, a los herederos del franquismo y a los nostálgicos de los buenos tiempos de la Inquisición y la alianza de la cruz y la espada. Su exabrupto fue recibido por toda la “prensa seria” como una prueba más del carácter dictatorial de la Revolución Bolivariana, lo que demuestra por enésima vez su incurable mendacidad y su total falta de escrúpulos morales.
Una prensa que, por ejemplo, jamás dijo una palabra con relación al escandaloso proceso que llevó a la reelección de Alvaro Uribe en Colombia y que la Justicia de ese país demostró que fue posible mediante el soborno a dos diputados de la oposición que, con el paso del tiempo, confesaron su delito. El operador de todo este escándalo fue el ministro de Gobierno de Uribe, quien al conocerse la sentencia del Tribunal Supremo fue velozmente designado embajador en la Santa Sede, que al no ser divorciado lo recibió alborozada en su seno sin hacer pregunta alguna. Y en cuanto a la nueva propuesta de re-reelección de Uribe, los sedicentes defensores de la democracia que se rasgan las vestiduras ante un gobernante como Chávez, que en diez años convocó a quince elecciones generales, nada dicen que aquél logró que la Cámara de Diputados aprobara su proyecto de reelección en una sesión extraordinaria, convocada de extrema urgencia y en cuestión de horas por el oficialismo para las 12 de la noche y ante la casi total ausencia de la desprevenida oposición. Pero eso es democracia; lo de Chávez, que siguió todos los pasos que manda la legalidad vigente, es dictadura.
Los publicistas del Imperio y la plutocracia venezolana machacaron continuamente que la aprobación de la enmienda significaría que Chávez iría a gobernar indefinidamente. Fieles a su tradición, tergiversaron lo que estaba en discusión, procurando de ese modo engañar a la opinión pública. Ocultaron a sabiendas que la enmienda lo único que hace es habilitar la reelección de un presidente, un gobernador o un alcalde. Hay varios gobernadores y alcaldes que se oponen a Chávez y que podrán aprovecharse de esta reforma. De hecho, uno de esos gobernadores participó en el Comando del Sí, lo que ahorra mayores comentarios.
La existencia de una norma semejante rige en los principales países de Europa: es por eso que Helmut Kohl pudo ser canciller de Alemania durante dieciséis años y si no continuó en el poder fue debido a un escándalo financiero que lo desacreditó ante la opinión pública de su país. Felipe González fue presidente del gobierno de España durante catorce años y Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido por once años. Si no continuaron en sus cargos fue porque perdieron el consenso popular, no porque hubiera una cláusula de “no reelección” que lo impidiera. Hay varios casos similares en Europa. Francia, sin ir más lejos, autoriza una reelección presidencial para un mandato de siete años cada uno. Todos los últimos presidentes de Francia duraron catorce años en el poder.
En suma: la cláusula aprobada ayer es la contrapartida de otra, profundamente democrática también, que le otorga a la ciudadanía la capacidad para desalojar de su cargo a quien mal se desempeñe en el mismo. Esta cláusula revocatoria es un arma formidable que la Constitución Bolivariana puso en manos del pueblo; pero todavía no le ofrecía la necesaria contraparte: la capacidad para reelegir a quien había gobernado bien. Se podía castigar a un mal gobierno, pero el pueblo era impotente para garantizar la continuación de uno bueno. Esa paradoja constitucional ha sido resuelta y ahora tiene esa capacidad, con lo cual la democracia bolivariana adquiere una densidad y una profundidad casi sin parangón en el concierto mundial.
* Politólogo.